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El Tribunal de Cuentas acredita un agujero de 6.870 euros en el IES Enguera y exige su reintegro

El organismo considera «imposible» determinar el destino del saldo deudor injustificado pero condena al exdirector como responsable del centro

El Tribunal de Cuentas acredita un agujero de 6.870 euros en el IES Enguera y exige su reintegro

El Tribunal de Cuentas ha condenado al exdirector del IES Enguera al reintegro de 6.870 euros como responsable de un perjuicio económico en las cuentas del centro. La cantidad equivale al saldo deudor en caja que no fue transferido al nuevo equipo directivo cuando el gestor abandonó el cargo, en julio de 2012. Al importe se suman los intereses generados desde esta fecha.

La sentencia hecha pública por el organismo con sede en Madrid pone el foco en los sobres que los responsables de los ciclos formativos entregaban semanalmente al director para dar cuenta de los «cobros y pagos en efectivo» realizados. Estas operaciones deberían de haber supuesto un saldo en caja que en la práctica se volatilizó sin dejar rastro. La auditoría del centro promovida por la Generalitat correspondiente al periodo comprendido entre 2011 y el primer semestre de 2012 apreció la existencia de un presunto alcance en los fondos públicos de 11.833 euros. Sin embargo, la administración autonómica rebajó el importe a los 7.933 euros en su denuncia ante el Tribunal de Cuentas, que finalmente ha acreditado un desfase de 6.870 ?. A la demanda se adhirió parcialmente el Ministerio Fiscal, mientras que la representación del exdirector solicitó a anulación del proceso, alegando su indefensión porque la Generalitat nunca dio respuesta a las alegaciones presentadas al informe provisional. La defensa censuró también que, antes de registrarlas, la administración ya había remitido las actuaciones al Tribunal de Cuentas y negó cualquier irregularidad.

El órgano fiscalizador cuestiona el sistema según el cual los profesores responsables del ciclo formativo de hostelería del IES Enguera entregaban al director unos sobres con la recaudación en metálico derivada de los ingresos por servicios prestados como la cafetería, el restaurante o las comidas a domicilio. Además del dinero, estos sobres reflejaban si se había realizado con cargo al mismo algún pago, así como los tickets y facturas de compra del departamento. El director, a su vez, ingresaba el efectivo en la caja y entregaba los sobres a la secretaría sin el dinero junto a las facturas. Los responsables de los ciclos apuntaban diariamente los ingresos y gastos y daban traslado mensualmente a la secretaría. Los docentes sostienen que dieron todo el dinero al director, mientras que éste declaró en el juicio que hubo cantidades que no recibió y que pensó que quedaban a disposición de los citados profesores para el pago de gastos.

La secretaría del centro, por su parte, contabilizaba los importes que figuraban en los sobres y los tickets y facturas que le entregaba el director, pero „según su testimonio„ nunca vio el dinero metálico que había en los sobres. Quien desempañaba este puesto anotaba como 'remanente de caja' del departamento las cantidades correspondientes al dinero recaudado por el ciclo formativo que no habían sido entregadas. Según la versión del exdirector „ya jubilado„ este remanente 'sin justificación documental' correspondía al dinero en efectivo del que disponían los profesores del ciclo para atender compras y que «entendimos que se iba amortizando a medida que se hacía uso del mismo». En su declaración, admitió un «error» en este punto pero rechazó un ánimo fraudulento. «Además de que la secretaría les devolviera [a los profesores del ciclo] el documento donde se reflejaban las cantidades que no habían sido entregadas, deberíamos haberles llamado y confirmarlas; así como cuando yo recibía los sobres, debía haberles hecho firmar un documento de entrega con los sobres que me daban y las cantidades correspondientes. No lo hicimos porque pensamos que ese remanente lo utilizaban para efectuar compras al detalle», justificó el exgestor.

«Descontrol» en la gestión

El Tribunal de Cuentas concluye que resulta «imposible» determinar el destino de los 6.870 euros «que deberían de haber estado en la caja o cuenta bancaria del IES Enguera y si ese dinero quedó en poder de los responsables del ciclo o fue entregado al director», pero considera a éste último culpable del perjuicio económico en el centro como responsable contable del mismo, puesto que ingresaba el dinero en la caja «sin que la secretaría tuviese acceso».

La magistrada ponente de la sentencia, Margarita Mariscal de Gante, subraya que cuando las cantidades entregadas y las que constaban en los sobres no coincidían o cuando no figuraban los tickets justificativos de los gastos, los importes se anotaban como remanente de caja «sin que se preguntase nada al responsable del ciclo». La consejera del Departamento 2º de Enjuiciamiento del Tribunal, Ministra de Justicia en el primer gobierno de José Mª Aznar, culpa del «saldo deudor injustificado» al «descontrol» y el «desorden» en la gestión contable del IES, que supuso según ésta «no solo una manifiesta ausencia de la diligencia exigible a cualquier gestor de fondos públicos, sino también la vulneración de la normativa contable», zanja.

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