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Fallece en Valencia el oftalmólogo jubilado Bernardo Sifre Pascual

Hijo del que fue dueño de la droguería La Purísima de la plaza Del Mercat de Xàtiva también cultivó la escritura

Hasta fechas recientes su vozarrón al teléfono, su energía, sus ganas de vivir y su portentosa memoria hacían que costara creer que Bernardo Sifre Pascual superaba ampliamente ya los 80 años. Oftalmólogo de prestigio cuyos tres hijos han seguido sus pasos, Sifre, nacido en Xàtiva en 1930, falleció el primer día de 2016 a los 85 años. Sólo se quejaba de los problemas de visión, muy serios, que como conocedor del asunto que era sabía que no tenían remedio.

En 2010, Sifre publicó en Levante-EMV una entrañable serie de artículos que agrupados bajo el título de Años 40-50. Recuerdos de Xàtiva rescataban del olvido personajes, hechos y comercios de la Xàtiva de hacía más de medio siglo como el Corruquero, don Emilio el Manco, los Selgas, los Madrid, el hotel Españoleto, el Gran Teatro, los cines Salón Setabense y Españoleto; la Botiga els Àngels, la farmacia Artigues o la droguería la Purísima. Esta última —aún en activo— de muy especial significación puesto que la regentó su padre, Bernardo Sifre Masià, quien también tiene reservado un sitio en las letras de Xàtiva como literato. Nacido en 1899 y fallecido en 1983, fue un escritor vocacional que publicó asiduamente en el periódico El Demócrata, que llegó a dirigir, y en incontables llibrets de falla en los años 30 y 40. Comenzó a trabajar en la droguería La Campana, otro emblema de la Xàtiva que se extingue, y en 1934 compró a Antonio Daudén la droguería La Purísima. Hasta 2008, su hijo Salvador (hermano del ahora fallecido) trabajó en este establecimiento de la plaza Del Mercat.

Oculista en Xàtiva y Valencia

Sifre Pascual estaba casado con Amparo Gil Peruga. Abrió su primera consulta de oftalmología en la calle Montcada de Xàtiva en 1957, para trasladarse a Valencia en 1970. En la capital se jubilaría, y en un piso de la calle Sant Vicent Màrtir ha vivido hasta el final de sus días. De profundas convicciones religiosas, fue un excepcional aficionado al teatro: afición que quizá despertó en él su amigo íntimo Luis Morris, actor muy célebre del cine, la escena y la televisión en los años 60 y 70 afincado en Xàtiva en su juventud y que murió en 1974. O más probablemente otro hombre de teatro: el insigne historiador del teatro clásico Rafael Ruiz Ramón, intelectual setabense que murió el año pasado en Tampa, Florida (EE UU).

Dos hijos de Bernardo; Bernardo y Javier, son oftalmólogos. El primero tiene una de sus consultas en Xàtiva y el segundo, cirujano ocular como el primero, presta sus servicios en el hospital de La Ribera, en Alzira. Ambos cuentan con clínica en Valencia. Su tercer hijo, Guillermo, es óptico.

El ahora fallecido tenía tres hermanos: el mencionado Salvador; Virginia, fallecida recientemente y que fue auxiliar de clínica, pianista aficionada, recepcionista del hotel Vernisa y gran amante de la lectura, la música y la ópera, y Carmina (Xàtiva, 1940) que profesó los votos perpetuos en 1964 y es pianista de carrera. En 201o, Sifre editó un libro de consumo exclusivamente familiar, Pequeña historia de los Sifre, en el que trazaba biografías de sus familiares. El libro, escrito con gran brillantez y pulcritud, dio origen a las columnas editadas en este diario.

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