Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

la ciudad de las damas

LA CIUDAD QUE QUIERE A LAS MUJERES

Las ciudades se diseñan según un patrón masculino implícito e inconsciente de usuario: personas independientes, motorizadas, sin ningún problema de discapacidad o salud, volcadas totalmente en el trabajo, sin responsabilidades en el cuidado de menores o mayores, ajenos a los procesos de mantenimiento tanto de la propia ciudad como de su hogar. O así al menos lo consideran Isabel Velázquez y Aurora Justo que son dos profesionales pertenecientes al Colectivo de Mujeres Urbanistas. Tal vez no anden muy equivocadas ya que durante mucho tiempo las mujeres a pesar de que representan al menos el 50% de la población, que abordan un abanico de actividades y responsabilidades muchísimo mas amplio y diverso que los hombres y que tienen a su cargo el cuidado de menores y dependientes , han sido invisibles a la hora de elaborar análisis de la realidad que sistemáticamente, olvidaba sus peculiaridades y daba lugar a actuaciones urbanísticas destinadas a mejorar la vida de las personas sin tener en cuenta las diferentes necesidades que atender.

No va a ser el caso de Xàtiva, donde la gran preocupación existente por mantener y poner en valor la riqueza de su patrimonio histórico y cultural da lugar a unas jornadas que bajo el título de La ciutat que volem pretende iniciar el debate de un modelo de ciudad, estudiando inicialmente la realidad del núcleo histórico para asegurar su promoción y conservación. En ese debate, es seguro que tendrá cabida una necesaria perspectiva de género que visualice la presencia y necesidades de las mujeres por diversas razones que conviene dar a conocer a quienes fruncen el ceño y se sienten soliviantados ante lo que consideran una permanente y superflua intrusión femenina.

Para empezar, sería muestra de una gran miopía política no entender que el legítimo empeño en la protección del patrimonio como memoria histórica de una ciudad que no renuncia a su pasado, es un objetivo intrínsecamente conectado con el afán de lograr una ciudad habitada y habitable, donde mujeres y hombres reciban la atención y los servicios que necesitan. También porque una ciudad sensible a las necesidades de las mujeres es una ciudad que beneficia a toda la ciudadanía, puesto que son ellas quienes se ocupan de facilitar la vida de muchas otras personas a través de un continuo e incansable trabajo de cuidados, ya sea de forma informal o remunerada. Por otra parte, es bastante probable que un censo poblacional de las personas residentes en la zona que se pretende proteger, evidencie un perfil demográfico donde abunden las mujeres mayores, viudas, con escaso poder económico, con problemas de movilidad y a veces de dependencia.

Un acuerdo necesario. Por eso, en el acuerdo suscrito con los partidos que hoy gobiernan la ciudad para construir esa Xàtiva violeta, asumido con naturalidad y sin tensiones, aparece el compromiso de adoptar medidas tendentes a proteger la calidad de vida de estas vecinas, evitando que se vean obligadas a abandonar sus casas y su entorno en contra de su deseo y generando también un vaciamiento progresivo bastante nefasto para el mantenimiento de ese conjunto histórico. La mejora del iluminado, el cuidado de los pavimentos para que no sean causa de accidentes, el ordenamiento de la circulación o la eliminación de barreras arquitectónicas junto con el fomento del pequeño comercio, no sólo como motor económico y de empleo, sino como elemento facilitador de la autosuficiencia y la relación social de las personas mayores, son medidas que aparecían en ese Acuerdo y que merecen aunque sea un modesto interés y una humilde mención a la hora de dibujar ese Plan Especial del conjunto histórico-artístico de Xàtiva que ya se inicia.

Compartir el artículo

stats