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barullo en el casino gran

El suceso del Casino Gran de Canals el día de San Antón era más que previsible, y es que siempre hay cuatro gatos dispuestos a ponerse en ridículo perjudicando el buen nombre de su pueblo con actos en que dan rienda suelta a su fanfarronería en torno a sus Santuarios a la Intolerancia. Ese día algunas personas quedaron perplejas cuando, con el Casino abarrotado, la orquesta se arrancó con el Himno Nacional junto a gente que alzaba el brazo y otros que lanzaban vivas a Franco en una escenificación impropia, incluso con alusiones provocativas hacia el alcalde. Nada importaba la presencia de niños ni si esta provocación molestaba a algún vecino.

¿Porqué sucedía esto? Pienso que es consecuencia por un lado de la permisividad, tanto de la legalidad como de las distintas autoridades competentes, y por otro lado del empeño de algún grupo relacionado con el Casino en mantener unos retratos que chocan con la legalidad y ofenden a mucha gente que por prudencia calla. La Ley de la Memoria peca de un exceso de "buenismo" dejando al buen hacer de Administraciones, Iglesia y particulares su aplicación sin un cuerpo sancionador y otros instrumentos coercitivos frente a los numerosos actos de insumisión contra ella. Son los Ayuntamientos y Autonomías quienes deben interpretar y aplicar su mandato, generándose problemas ante los que el desistimiento suele ser práctica habitual. Por el contrario, los insumisos ante una Ley tan vigente como las demás interpretan estos buenismos y desistimientos como falta de autoridad de los representantes democráticos , y esta es la génesis del barullo del Casino Gran, donde contra viento y marea se mantienen dos retratos enormes de Franco y José Antonio presidiendo un establecimiento abierto al público.

La respuesta a las últimas requisitorias municipales han sido de todo menos humildes y respetuosas con la Ley que dice que estos vestigios franquistas no deben recibir honores en lugares públicos; como hasta la fecha no han tenido una réplica al modo que ellos entienden, se han crecido hasta protagonizar las burlas al Himno de España, al propio Alcalde y a la legalidad, ejemplo de lo que pasa cuando la Democracia hace dejación de su autoridad y firmeza.

El barullo del Casino de Canals debería hacer pensar a la Generalitat que sigue teniendo una asignatura pendiente por la absoluta falta de regulación de la cuestión de la Memoria Histórica en tierras valencianas; lo que ahora califican de "broma" pone también en ridículo a la Institución Autonómica hasta que se haga respetar y ponga las cosas en su sitio; me consta que hay más locales como el casino de Canals, aunque en ninguno se hace pasar la afrenta a la propia Monarquía de poner los retratos de Juan Carlos I y de Felipe VI en medio de los otros dos, de bastante más tamaño; hasta ahí llega la burla. En el Casino de Canals sobran al menos dos de los cuatro retratos? que escoja quien deba hacerlo.

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