El casco antiguo de Xàtiva ha perdido en una década un 17 % en población y un 6,5 % de comercios minoristas. El dato resulta preocupante si se amplia la lupa y se tiene en cuenta que, durante el mismo periodo de tiempo, el número de habitantes creció un 2,5 % y la oferta comercial aumentó un 20 % en el conjunto de la ciudad. Un estudio encargado por el ayuntamiento en el marco de la estrategia para captar fondos europeos dentro del programa DUSI dibuja un retrato desalentador de la realidad socioeconómica del centro histórico. Las conclusiones del documento, elaborado por una empresa externa, se presentaron el sábado durante el foro de debate La ciutat que volem, organizado por el consistorio.
La foto fija describe el casco antiguo de Xàtiva como un espacio en el que conviven 5.184 residentes: 1.209 menos que hace diez años. El peso del enclave en términos demográficos sobre el conjunto de la ciudad ha caído cuatro puntos, del 22 al 18 %. Quienes resisten en el entorno protegido, además, constituyen una población muy envejecida. El colectivo de mayores de 64 años dobla en número al grupo de jóvenes de menos de 15 años y representa el 20% del total de residentes. El índice de vejez, de hecho, se ha disparado un 23% desde 2005, mientras que la población joven y de mediana edad ha descendido en la misma proporción. Es el resultado de una fuga de vecinos sobre todo de edades comprendidas entre los 20 y los 50 años.
El estudio concluye que el núcleo poblacional del centro histórico está más envejecido si se compara con el conjunto de la ciudad e incluso con la media de la C. Valenciana. El área objeto de examen registra una tasa de maternidad entre un 5 y un 6% inferior.
El documento también pone la lupa en la oferta comercial del casco antiguo, conformada en la actualidad por un total de 144 establecimientos. El peso del comercio del centro histórico sobre el total de la oferta de Xàtiva ha retrocedido 6 puntos en la última década, hasta situarse en el 21%. Las tiendas de alimentación, droguerías y ropa son las que más han bajado la persiana en proporción. El casco antiguo sigue albergando un mayor volumen de comercios por cada mil habitantes que la ciudad en su conjunto, si bien el estudio detecta un «desequilibrio espacial», al estar la oferta «muy concentrada en pocas calles».
El informe, encargado por el ayuntamiento para medir el grado de satisfacción de los vecinos del casco antiguo con su entorno y frenar de forma urgente la despoblación, incluye los resultados de una encuesta entre los residentes cuyas conclusiones, sin embargo, cabe interpretar con mucha cautela por la baja cantidad de entrevistas practicadas —75— y el elevado margen de error estadístico.
Calidad de vida «mala o muy mala»
Según este sondeo, en el que también han participado asociaciones de vecinos y empresarios, solo uno de cada tres habitantes del casco antiguo califica de «buena o muy buena» la calidad de vida en la zona, mientras que el 65% restante opina que la misma es «mala o muy mala». Un 14% considera que este indicador ha mejorado en los últimos años, aunque se producen divergencias por barrios. Alrededor de las plazas del Espanyoleto y la Bassa residen aquellos que aseguran que su calidad de vida es más elevada, mientras que los vecinos del entorno del Mercat y la Seu se sitúan en mayor medida en el extremo opuesto.
La encuesta identifica una serie de problemas que padecen los residentes del casco antiguo.El tráfico y la falta de aparcamiento consituirían la principal queja, seguidos en importancia de la degradación de fachadas, las aceras estrechas y el pavimento en mal estado, la falta de zonas verdes, el ruido y la suciedad y la carencia de servicios básicos. En la zona del Mercat, el 74% considera el ocio nocturno el problema más grave.
