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a priori

puntos de regalo

Afortunadamente la jornada de mañana, 24, nos regala inexcusablemente los tres puntos, esta vez sin ningún esfuerzo, por la eliminación del Huracán. Este esperado obsequio, y si nuestros cálculos no fallan, el lunes próximo habremos superado en la tabla al Hospitalet, At. Levante, Pobla de Mafumet y Olot, todos ellos rivales directos que tienen huesos duros de roer, todos juegan fuera y ante difíciles enemigos.

La siguiente jornada, o sea la 25, y con el Olímpic fuera de puestos de descenso, recibiremos al Eldense, habitual enemigo que siempre nos pone a parir, pero que este año esperamos superar su maleficio. Luego la jornada siguiente, la 26, volvemos a La Murta a competir con el colista Llosetense, máximo candidato al descenso, que permitirá al Olímpic alejarse más de los puestos de peligro, siempre que se le gane al Eldense claro.

Puede pensarse que éste análisis del próximo futuro es el cuento de la lechera, pero no es así. Todo es normal y está perfectamente estudiado y tan solo falta el visto bueno del Olímpic que no tiene más que recuperar la moral, facilitada por la jornada de descanso que puede servirle al señor Fernández Romo para, previo repaso al manual, espiar al Eldense en su partido de mañana ante el Llagostera y a ser posible ponerse al corriente en los pagos de los jugadores, si es que no lo han hecho ya, y que por cuya demora estuvieron a punto de perder a uno de sus mejores hombres, Álex Vaquero, a quien tuvieron que abonar una de las dos mensualidades pendientes de pago para impedir que emigrase al Benigànim que mejoraba el compromiso del jugador con el Olímpic.

Al señor Fernández Romo se le presenta una magnífica oportunidad de hacer las paces con los aficionados, solo necesita ganar a los equipos que le llegan de inmediato. Cuenta con la remodelación de la plantilla, obtiene puntos de regalo sin competir, el calendario está de su parte, cuenta con el apoyo del resto del clan directivo que contra viento y marea lo mantiene en su cargo, a pesar de su contrastada ineptitud. No se puede pedir más.

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