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el cc el teler que nos espera

Una información, procedente del sector privado, puede inyectar en las venas a la sociedad ontinyentina no pocas dosis de adrenalina ya que se fijan las líneas maestras para reactivar El Teler, como acaba de hacerse público. Estaría bien que, a modo de recompensa, cobrara el dinamismo que nunca tuvo tras resistir toda una década en la cuerda floja. La nueva dirección de El Teler anuncia en su estrategia el objetivo del 100% de ocupación de la superficie en dos años. No es moco de pavo, y por ende este centro comercial se convertiría en ese zoco bullanguero tan esperado que daría vida a una ciudad huérfana de estas señas de identidad. A su vez, y por efecto dominó, este espacio acapararía como nunca las preferencias de ontinyentins y valldalbaidins. Y mira que se han hecho estudios y campañas promocionales para lograr su despegue...

Obviamente toda esa suerte de ficciones, a día de hoy, aún no supera la fase de las ilusiones. Pero sin duda el factor anímico, aquí, es una baza fundamental para el éxito de la empresa. Y la nueva dirección así lo ha visto. Que muestre su afán de «devolver la alegría al centro comercial» demuestra lo que a ojo de cubero ya era público y notorio. Que las arduas y futuras negociaciones no van a resultar fáciles, entra dentro de lo previsible. Lo que sí es evidente es que del buen resultado final, de la nueva apuesta por El Teler, dependerá que todos salgan ganando, o no, en el envite.

Oro balance positivo de Caixa Ontinyent. Los datos que se anunciaban los pasados días, acerca del movimiento y aceptación en el último año de la oferta de la entidad ontinyentina indican un balance positivo y ascendente. Así cabe señalar que se han realizado 261 actividades, a cargo de 170 colectivos diferentes, lo que atrajo a unas 250.000 personas que se beneficiaron de la obra Social que Caixa Ontinyent realizó en 2015. Y que siguiendo su consolidada filosofía de la taca d'oli, vemos que, con el paso de los años, ésta se ha extendido por el conjunto de las comarcas centrales valencianas. Son las ventajas de conservar una caja enraizada en su territorio natural, cuya obra social es uno de sus principales objetivos fundacionales. Concretamente las fuentes de Caixa Ontinyent hablan de una inversión en el mentado asunto de 832.000 euros. Y por si había dudas respecto a La Caixa de les Comarques, ahí está la noticia que publicaba Levante-EMV este viernes pasado: «Caixa Ontinyent ofrecerá financiación a las áreas industriales del plan piloto».

Los retos. En una semana ayuna de informaciones espectaculares, se ha producido un relevo previsto, el de Silvia Ureña por Joan Gilabert, la número 3 de Compromís por Ontinyent en los pasados comicios. Otra formalidad, ratificada en el último pleno, ha sido la creación de una nueva comisión asesora del ayuntamiento en la defensa del patrimonio histórico-artístico de la ciudad. El problema de estas comisiones es que, a la postre, funcionen y sean activas. La nómina de ésta, como en tantas otras, estriba en esa prioridad del café para todos, lo que sitúa en la misma mesa al erudito y al advenedizo y resta eficacia al invento participativo. Aunque también es cierto que la edil Rebeca Torró se ha esmerado en darle una composición «eminentemente técnica».

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