La reanudación del sistema de control de accesos en el casco antiguo va acompañada de una serie de medidas orientadas a erradicar los fallos y averías que han hecho del mecanismo una fuente de controversia desde su puesta en marcha, que convirtió en habitual la estampa de coches atrapados y dañados por los bolardos automáticos. Para evitar confusiones, el Área de Movilidad planea algo tan básico como introducir la luz verde en los semáforos ubicados en los puntos de control como la Font del Lleó o la Porta de Concentaina. Hasta ahora, estos elementos solo disponían de una luz ámbar y otra roja, lo que generaba dudas entre los conductores. También se instalarán indicadores visibles por la noche para aclarar cuándo puede pasarse y cuándo no y se mejorará la comunicación con la Policía a través de los interfonos en caso de emergencia. Según ha podido saber este diario, la inversión para reponer los pilones y reactivar el sistema rondaría los 18.000 euros. Con la iniciativa se persigue reducir la presión a la que se ve sometido el centro histórico, por donde cada día circulan más de 2.000 coches, muchos más de los que es capaz de soportar el conjunto histórico. El consistorio cierra mañana el plazo de actualización del censo de vehículos que determinará el número de residentes con permisos de acceso. Los vecinos han de informar de los garajes de los que disponen, un dato que revelará los puntos donde el problema de aparcamiento es más acuciante para estudiar la creación de futuros parkings.
