La llegada de Raúl Garrido como nuevo entrenador del Olímpic, la salida de Fernández Romo y al mismo tiempo la baja de algunos jugadores poco menos que inservibles, que además de aligerar la amplísima nómina constituían un over booking económico difícil de mantener, colocan al Olímpic en buenas condiciones para levantar el vuelo huyendo de la quema con la que viene vacilando desde el principio de temporada.
No quiere decir que todos los futbolistas que han quedado den la adecuada talla para dar un rendimiento útil, ninguno de los cuatro delanteros que han quedado cumplen un mínimo objetivo como goleadores cualificados como se ha demostrado. Teníamos un pequeño Álex Cortell muy capaz ante el gol y no se le supo mantener, trayendo para ocupar su puesto unos jugadores de mayor envergadura pero de nulidad atacante. Samu, con un solo gol conseguido en 17 actuaciones, no todas completas y Javi Navarro, presunto crack ante el gol según Fernández Romo con tres goles en 22 partidos, titular indiscutible. Pero bueno, quizá los brillantes 20 primeros minutos del partido ante el Eldense sean una premonición de que el equipo ha cambiado de cara con la nueva batuta de Raúl Garrido y apunta a encarrilar las victorias que se le han negado en casa, tan solo una, contra el Levante.
Mañana hay que medirse ante el Llosetense, enemigo directo que ha mostrado una sustancial mejora últimamente y que viene a jugarse la vida. El Olímpic es consciente de ello y no creemos que se deje arrebatar los tres puntos en litigio. Hay que ganar, sin que sirva el empate. El club ha hecho un esfuerzo trayendo nuevos futbolistas y nuevo técnico, algo que se veía venir y que esperemos no se haya confirmado demasiado tarde, y se haya acertado. Son hombres muy experimentados, lo cual puede ser arma de dos filos si su condición física no es la adecuada.
Vuelve Mendoza y esperemos que también Álex Vaquero, dos piezas insustituibles en el tablero setabense. Con ellos queda muy reforzada tanto la defensa como el centro del campo, solo falta mejorar un ataque que consiga anotar algún gol, auténtica asignatura pendiente del Olímpic.
