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«En este momento mi prioridad en el gobierno de Ontinyent es combatir el paro»

«En este momento mi prioridad en el gobierno de Ontinyent es combatir el paro»

El alcalde de Ontinyent no sólo revalidó su cargo el pasado 24M. Obtuvo 14 concejales, la mayoría absoluta más importante registrada nunca en democracia en la ciudad. Así mismo se convirtió, el pasado mes de julio y con tan sólo 36 años en el nuevo „y más joven„presidente de la Diputación de Valencia, al lograr sumar los apoyos de su partido, el PSPV-PSOE, los de Compromís, Esquerra Unida y València en Comú, abriendo así un nuevo tiempo, tras dos décadas de oscurantismo, censuras y corrupción del PP en la corporación provincial.

¿Cuándo y porqué toma conciencia de su vocación política?

Mi vocación iba dirigida a la medicina, de hecho hice los tres primeros años de carrera, hasta que en tercero me involucro en el ADR y descubro que lo que realmente me atrae es la política. Desde temprana edad descubrí mi vocación de servicio, plasmada en mi ingreso en la Cruz Roja a los 16 años.

Da ese paso pese a la contrariedad paterna, que tenía puestas sus ilusiones en un hijo médico, ¿No es así?

Fue un momento complicado, ya que la decisión que tomé significaba todo un replanteamiento de mi vida. Pese a todo tuve el apoyo de mis padres, desde el momento en que ellos vieron mi decisión de cambiar de camino, estuvieron a mi lado, pese a todas las dificultades.

¿Dónde aprendió más en política, en la Universidad o como concejal del gobierno de Manuel Reguart y después en la oposición al PP de Lina Insa?

Esos años fueron todo un master. Estudiar la carrera de Ciencias Políticas te da una base estructurada, que cada vez es más importante para las personas que nos dedicamos a la gestión administrativa. Como que la teoría dista bastante de la práctica, para mí esos dos cuatrienios seguidos fueron fundamentales.

¿Qué presupuesto manejaba un pueblo de estas dimensiones cuando apenas existían competencias autonómicas?

Teníamos un presupuesto exactamente de millón y medio de pesetas [9.000 euros]. Y habíamos heredado una deuda de dos millones y medio, de unos pozos que había hecho el anterior gobierno para comenzar a resolver lo del agua.

¿Quiénes fueron sus referentes políticos?

Inicialmente Felipe González, por su labor transformadora de España. Luego, gente como Mandela.

¿Cuáles eran las ilusiones y prioridades del quinceañero o veinteañero Rodríguez?

Sin duda las de ser médico, para después poder hacer psiquiatría. Y todo giraba en torno a ello.

En el discurso de su investidura como presidente de la Diputación habló del «nuevo tiempo que todos vamos a construir ¿Se está construyendo ya?

Estamos en una etapa que es completamente nueva para los españoles. Vamos hacia una realidad que los europeos conocen muy bien. Vamos hacia una realidad que en Ontinyent también hemos conocido, a lo largo de la democracia municipal, basada en los consensos y en el final del predominio de dos grandes fuerzas políticas. Desde mi experiencia puedo decir que el llegar a acuerdos no es especialmente difícil. Diferencias siempre las ha habido y las habrá.

También habló de la corrupción y el deterior de la imagen de la institución. ¿Cómo vive en su calidad de presidente que se empiece a destapar lo que venía siendo una evidencia?

Lo estoy viviendo con mucha tristeza y pena. La política no puede quedar maltrecha porque existan unos sinvergüenzas. Es una tristeza profunda entre aquellos que creemos firmemente en el trabajo que hacemos. Pero por otra parte sentimos cierto alivio, porque se pone fin a la etapa oscurantista anterior. Estamos colaborando con la fiscalía y la policía, y en el caso de Imelsa les entregamos toda la documentación que nos solicitaron.

¿Está de acuerdo en la definición que le hacen de «moderado, de carácter sosegado pero muy persistente»?

Sí, me considero un moderado dialogante, que no cree en las verdades absolutas. Y persistente lo he sido siempre y lo continúo siendo.

¿Cuales son ahora mismo las ilusiones o proyectos y prioridades de Jorge Rodríguez?

Como alcalde, que la ciudad pueda resarcirse de la falta de inversiones, tanto por parte de la Generalitat como de la Diputación. Es un reto importante que tenemos por delante. Asumimos como objetivo las inversiones y la creación de empleo. Desde la diputación tengo dos retos concretos, el superar que deje de verse a esta institución como un lugar oscuro, y que sea útil a los municipios, donde la arbitrariedad quede como un modelo del pasado. Que un pueblo deje de ser castigado en razón de la clase de gobernantes que eligió.

¿Cómo se siente al llegar a un cargo como el de presidente de la Diputación y ver que a su antecesor, Rus, le atribuyen importantes imputaciones delictivas?

Me siento muy triste y me invade mucha rabia el pensar que fue un cargo que estuvo ocupado para robar, si finalmente se demuestra que fue así. Aflige pensar que al final aquí no se trataba de una manzana podrida, toda vez que el PP es el único partido que, como a tal, ha sido imputado en democracia. Y me preocupa mucho la desafección que ello conlleva hacia los representantes políticos. Con Rus y Caturla se vio claramente que hubo un ejercicio de la política arbitrario.

¿Se resistirá, en esta segunda transición que se vislumbra, a romper lazos con los hábitos del nacional-catolicismo?

Yo pienso que cuando uno gobierna debe generar un espacio de convivencia para todo el mundo, donde conviven creyentes en una religión y no creyentes, gentes de derechas o de izquierdas. Por eso mi propósito no es el de ser un alcalde del PSOE, sino de todos los ontinyentins. Y por eso en un acto procesional de la ciudad salgo a representar a todos los ciudadanos. Además en mi caso yo soy creyente, lo que no me supone ninguna ruptura. No es una cuestión de lo que a uno le guste, sino de lo que representa.

Recientemente recibió a una representación de los nuevos propietarios del centro comercial El Teler, ¿Cree que por fin lograran que despegue?

Lo que yo constate en aquella reunión inicial, que será seguida por otras periódicas, es que hay una voluntad de que el Centro funcione, cosa que no sucedía con los anteriores propietarios, ya que cualquier propuesta tenía que ser ratificada o no por Londres. Para nosotros la apuesta de que el centro comercial este dentro de la ciudad y funcione es una prioridad.

¿No encuentra preocupante la falta de oposición municipal, máxime cuando la única voz discrepante acaba de dimitir?

Yo entiendo que la oposición debe actuar de forma constructiva, todo depende de quién se sitúe enfrente. Así cuando aprobamos las ordenanzas fiscales no necesitábamos pactarlas con nadie, sin embargo nos sentamos con todos los que están representados y las pactamos. Siempre buscamos el trabajo en común con todos.

¿Es tan fiero como lo pintan su secretario, filtro y mano derecha, Ricard Gallego? ¿Por qué le eligió?

Lo elegí básicamente por sus amplios conocimientos de comunicación. Y además por la confianza personal que me inspiraba. El responsable de un gabinete no es precisamente la persona más amable, ya que muchas veces es al que le toca decir no.

Hace un año decía, en una entrevista en esta edición de Levante EMV, que conseguir la mayoría absoluta no cambiaría la manera de funcionar ¿Sigue pensando lo mismo?

Sigo pensando igual que entonces, que una mayoría absoluta no debe convertirse en una mayoría absolutista. El que tiene más apoyos no debe menospreciar al representante que tiene menos. Nosotros gobernamos igual que cuando lo hacíamos en coalición.

Aunque su figura ha salvado, y con creces, el cartel del PSOE ¿No cree que los actuales pronunciamientos de la vieja guardia socialista o los de algunos barones autonómicos, pasarán factura al PSOE de Ontinyentí?

Claro que sí, yo pienso que cuando a tu marca le va bien, a ti también. Pero puede pasar que a tu marca le vaya mal y a ti bien. Por tanto no entiendo que si el candidato socialista actual, a presidente del gobierno de la nación, recibió el mayor apoyo de los militantes en el pasado Congreso, por lo que está perfectamente legitimado, pienso que esta fuera de contexto cualquier crítica interna sobre alianzas afines. Creo que debe dársele confianza para que llegue a los acuerdos que considere oportunos. Yo personalmente, en la Diputación, llegué a un acuerdo con Compromís, EU o València en comú. Por tanto los presidentes autonómicos que hoy ostentan ese cargo gracias a los votos de Podemos, no entiendo cómo pueden tener dudas al respecto.

¿No cree ya necesaria, en un país de autonomías, la supresión de las diputaciones y el fortalecimiento de las mancomunidades comarcales?

Yo tengo mis dudas en relación al modelo administrativo que debe imperar, y respecto a sustituir las tres diputaciones por esa cuarentena de mancomunidades. Pienso que la Diputación realiza funciones que son imprescindibles y que no hace nadie. Tiene que haber una administración que atienda sobre todo a los pequeños municipios.

Dos de sus credenciales son la transparencia y la participación ciudadana ¿Cómo está resultando su aplicación?

La participación creo que está yendo muy bien, como se demuestra en la gran participación de esta tercera edición. Respecto a la transparencia hemos de dar cuenta de todo porque el dinero que gestionamos es público. Con el dinero de todos hay que ser muy cuidadoso. La transparencia forma parte de la regeneración democrática.

¿Qué asuntos ontinyentins acaparan a día de hoy su atención y preocupaciones?

En este momento mi prioridad es atajar el paro. Se han mejorado los datos, pero no es suficiente. Después está el incrementar las inversiones en la ciudad y finalmente el patrimonio.

Esta pudiendo hacer realidad su fidelidad a los principios que dice que siempre le han inspirado: «la igualdad, la solidaridad, la lucha por el más débil»?

Son principios que todos los días recuerdo para mí y mi equipo. Yo creo que lo mas importante que debe preguntarse un político es porque quiso dedicarse a la política. Una de mis señas de identidad, al frente de la Diputación, es la lucha por la igualdad.

Hay voces locales incluso dentro de su partido preocupadas porque al alcalde, dicen, le supera el presidente de la Diputación en dedicación ¿Cómo lleva esa dualidad?

Es un dilema difícil de encajar, ya que desde Valencia se piensa que no acudo lo suficiente y desde el ayuntamiento lo mismo. Yo pienso que la dedicación a ambos cargos la llevo bien, pero, eso si, a base de dedicarles mucho tiempo y dedicación.

¿La única oposición que estaban teniendo era la de Compromís. Con la renuncia de Joan Gilabert ¿no teme un periodo de excesivo relajamiento?

Yo no he necesitado nunca la crítica de la oposición para hacer aquello que debía. Yo con Joan Gilabert nunca he tenido la percepción de una crítica excesiva. Al contrario, siempre he mantenido con él una relación magnífica, desde el primer día hasta el último. Es una de las personas que más le han aportado a la ciudad. De hecho, aunque no la llegó a aceptar, yo le hice una delegación para gestionar todas las inversiones que se hiciesen en Ontinyent.

Teniendo en cuenta los muchos avales que sitúan al Corredor Mediterráneo como eje fundamental para el futuro de Ontinyent, ¿qué está haciendo como alcalde y presidente para hacer realidad el proyecto?

Por primera vez se está trabajado desde las Comarcas Centrarles Valencianas, en reivindicaciones concretas como esta. Hay una coincidencia de voluntades y filosofías. Ahora reivindicamos el Corredor Mediterráneo como una salida de futuro económico, irrenunciable a nivel logístico.

La conexión intercomarcal pública entre los pueblos hoy es inexistente. Solo cabe la posibilidad del coche privado ¿Tiene prevista alguna medida resolutiva?

El primer problema de la comarca es su alargamiento geográfico, su capitalidad no es céntrica, entonces lo primero que compete hacer es cambiar la influencia real sobre los municipios, y mejorar las vías de comunicación, desdoblando la CV-60, entre l'Olleria y Gandia. A partir de ahí establecer un plan de transportes comarcal.

¿Tiene previsto recuperar y desarrollar el Pla de Minimització de Residus de la Vall?

Ya hemos mantenido una reunión con el secretario autonómico competente, Julià Alvaro, y observamos un gran cambio. Nosotros le planteamos recuperar el plan que coincide con la filosofía del Consell de hacer plantas más pequeñas. Nuestra postura fue bien vista y tenemos previsto seguir trabajando y avanzando en el tema.

De las numerosas personas que ha tratado en razón de su cargo, ¿Quién le ha causado mayor sorpresa y por qué?

Tal vez Adela Cortina, catedrática de filosofía moral, en una conferencia que impartió en Ontinyent. Me impresionó por su concepción de la política y la filosofía. También me impresionó recientemente mucho Santiago Grisolía

Cómo está resultando la propuesta territorial de las CCV?

Ya hubo una primera jornada sobre ellas en Ontinyent. Después se paso a activar las decisiones que en ese encuentro se tomaron, caso de convocar el Consorci y crear un órgano como seria el Consell Econòmic, que desarrolle las acciones previstas.

¿En qué situación se encuentra la deuda histórica de la Generalitat con Ontinyent?

Esperamos ir reduciendo esa deuda que nosotros teníamos cifrada en unos cien millones de euros. Me consta que hay voluntad en el Consell por equilibrar la situación. Aunque tampoco podemos olvidar la grave situación económica con la que han dejado la Generalitat.

¿Qué prioridades de gestión se ha propuesto alcanzar para Ontinyent este cuatrienio?

Por una parte me gustaría que al final de este cuatrienio quedara superada la crisis y, por otra, que esa deuda histórica con Ontinyent se redujera sustancialmente.

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