Un equipo formado por vecinos de las zonas afectadas por las talas para biomasa de Enguera y un topógrafo ha comprobado sobre el terreno la pendiente a la que se encuentran siete de las vertientes afectadas por el paso de la maquinaria pesada empleada para la extracción de los árboles cortados. Las mediciones en las partidas de La Plana y Cuesta del Atochar y en los parajes de La Peraleja y El Corcón arrojaron tramos con pendientes superiores al 30%. Según ha denunciado Acció Ecologista Agró, el porcentaje implica un «incumplimiento flagrante» del plan de ordenación forestal de las montañas de utilidad pública de Enguera. El documento establece que, en pendientes comprendidas entre un 30 y un 60%, ha de realizarse «trabajo sólo manual». Por el contrario, en pendientes inferiores al 30%, para las actuaciones se puede emplear «maquinaria especial». AE-Agró señala que esta discriminación, que tiene como objetivo proteger el suelo y evitar la erosión de la montaña, «no se está respetando» en las talas de Enguera. La consecuencia son «daños inaceptables» en los bosques de los que tanto esta organización como Bosc Viu responsabilizan directamente a los técnicos municipales y autonómicos encargados de supervisar las actuaciones. El 27 de enero, en una reunión informativa convocada por el Ayuntamiento de Enguera, los técnicos defendieron que no había ninguna incidencia que resaltar en las actuaciones ni se había presentado ninguna denuncia contra la empresa adjudicataria de la extracción de la biomasa. Pero en esas fechas, según los ecologistas, «los trabajos en estas vertientes con más del 30% de pendiente ya habían tenido lugar y sus efectos eran bien visibles».

En la partida de La Peraleja, junto a la carretera que une Enguera y Ayora, se han constatado trabajos en pendientes superiores al 40% que provocaron que una de las máquinas empleadas quedara atrapada y se necesitara una segunda para sacarla. Igualmente, en el Barranco de Cuesta del Atochar se cortaron los pinos, pero no se pudieron extraer por la excesiva pendiente. Los colectivos censuran que los árboles siguen allí, hecho que también incumple el contrato, según el cual, la empresa tiene dos meses para retirar toda la madera cortada.