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Falles de Xàtiva, BIC Inmaterial y Unesco

a conjunción de la declaración de las fiestas de Fallas como Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial con la de la candidatura de las mismas a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ante la Unesco puede convertirse en un excelente punto de apoyo sobre el que plantear una revitalización de las fiestas de Fallas de Xàtiva, las segundas más antiguas después de las de la ciudad de Valencia, tanto en su dimensión cultural como turística.

Indicaba el Decreto del Consell de la Comunitat Valenciana, que declaraba en el mes de diciembre pasado como BIC las fiestas de fallas de la ciudad de Xàtiva, que los monumentos falleros son el eje central y originario de la fiesta fallera y en su ritual, se mezclan en perfecta simbiosis con la indumentaria, la pirotecnia, la música o la literatura.

Las Fallas tienen como centro neurálgico la plaza pública donde se planta el monumento, desde el que la fiesta se extiende por las inmediaciones y calles adyacentes y en este ámbito espacial, en el caso de Xàtiva, es donde entra en juego, además, el valor añadido de ubicarse muchas comisiones —de hecho la celebración se originó en la Plaça de la Trinitat— en el conjunto histórico-artístico de la ciudad, catalogado entre los más valiosos de la Comunitat Valenciana. Ello le confiere a esta fiesta setabense, si se sabe aprovechar, una potencialidad turística que no tienen otras ciudades también integradas en la declaración de BIC Inmaterial, teniendo en cuenta también que las Fallas de Xàtiva cuentan con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Autonómico.

Por otro lado, la candidatura a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad presentada a la Unesco tiene un componente de difusión internacional que puede venir muy bien a la ciudad de Xàtiva y puede ayudarla, a través de la fallas como destacada manifestación etnológica, a posicionarse por fin como un verdadero destino de turismo cultural entre turistas europeos y de otros continentes.

En este sentido, es importante la función que puede cumplir el Museo Fallero de Xàtiva como un elemento de interpretación para ciudadanos y visitantes, que ha de estar reconocido por la Generalitat y pertenecer a la red de museos autonómica y provincial, incluso en un futuro, como sucede con el Museo Fallero de Gandia, tratar de crear vínculos con consejos y asociaciones internacionales de museos. Pero para ello antes hay que superar la situación de precariedad con la que se creó, deprisa y corriendo, y sin un estudio museístico previo didáctico y experto.

El conjunto histórico-artístico de Xativa posee inmuebles valiosos, de entidad y con la suficiente extensión para, tras una adecuada restauración, albergar un espacio cultural fallero setabense con una instalación museística moderna, didáctica, interactiva, turística y de calidad. Existe material documental, fotográfico, histórico, fallero y testimonios orales más que suficientes para articular una excelente y amplia retrospectiva de la fiesta fallera local con la posibilidad de incrementarla cada año. El espacio que se dio al Museo Fallero no reúne las condiciones idóneas en el contexto de una ciudad que quiere ser destino de turismo cultural y tampoco está sirviendo, por la imagen de montaje apresurado y anarquía de horarios de apertura, para potenciar la promoción que la fiesta de las Fallas de Xativa urgentemente precisa. En su antítesis figura, por contra, el camino iniciado con la creciente realización de actos culturales falleros en las dependencias de los exconventos de dominicos y agustinos, que estos magníficos espacios monumentales sin duda realzan y dotan de mayor esplendor, atractivo y difusión.

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