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Sánchez y el consenso

Si cuando la formación del nuevo gobierno de la Generalitat, tras las elecciones autonómicas del 24M, cobró enseguida fuerza, e incluso fue objeto de especulación, digo del modelo de consenso progresista que hizo alcalde a Jorge Rodríguez en Ontinyent, cuya praxis sirvió para elegir finalmente al presidente Ximo Puig, ahora, para perplejidad de muchos, no acontece lo mismo. Y eso que no son pocas las voces y tribunas que apuntan al «pacto a la valenciana», para desatascar la formación del nuevo gobierno en Madrid, a cargo del socialista Pedro Sánchez, y que se mirase en dicho espejo valenciano.

La falta y consiguiente desorientación es tan grande que ese insostenible pacto firmado entre PSOE y C's, ya des de el minuto uno estaba abocado al fracaso, como se ha venido viendo en las últimas semanas. Pese a que lo ratificaron, mayoritariamente, todas las agrupaciones del PSOE en España. Dándose la circunstancia que en Ontinyent, inopinadamente, pues sabían de los buenos resultados de un tripartito, más del 80% de los votos secundaron al líder local, Jorge Rodríguez, y decidieron darle un voto de confianza a Sánchez en su quimera ciudadana.

Sin embargo, hay piezas que no encajan, ni los clavos entran por la cabeza, aunque sea a martillazos, en el puzle político. Pues C's ya ha hecho pública su frontal negación a que se arregle el sangrante problema de la infrafinanciación de la autonomía valenciana. Una afrenta innegociable para las fuerzas progresistas. Por lo que, de mantener el PSOE el pacto con C's, difícilmente el gobierno de Ontinyent podrá enjugar una de sus reivindicaciones estrella, ante la Generalitat. Esa que alude a la deuda histórica que cifran en unos 100 millones de euros. Tan fuerte es la creencia del batle en ella que, antes de la dimisión del regidor de Compromís, Joan Gilabert, Rodríguez le ofreció una delegación que versaba en torno a esa deuda. Y es que las discrepancias con C's llegan a José Antonio Pérez Tapias, aspirante en 2014 a la secretaría general del PSOE en las primarias, las que ganó Pedro Sánchez, quién criticaba «abiertamente la estrategia del actual líder de su partido», llegando a decir «creo que es preferible contar con una posición favorable desde Democracia y Libertad. El argumento de que no se puede contar con ningún partido soberanista o independentista no puede sostenerse sin más». En conclusión, y por el bien de los millones de desfavorecidos que habitan en este país, P. Sánchez ya está tardando en ver la luz afín y conciliadora.

Precarios servicios sociales. Los males de la pirámide del poder a tots alcança. Mientras sigue sin resolverse el tapón gubernamental del país, veíamos hace unos días como la vicepresidenta valenciana, Mònica Oltra, se quejaba de una administración «desmantelada de empleados públicos», lo que trasladado a administraciones locales como la de Ontinyent se traduce en que departamentos como el de Servicios Sociales, cuya plantilla depende mucho de la Generalitat Valenciana, sus empleados se multiplican, pero, pese a sus denodados esfuerzos, no pueden evitar que los usuarios tengan que esperar tres semanas o más para ser atendidos, por la falta de personal.

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