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Des dels Alforins

sin estrella michelín

Acostumbro a ir a comer o a cenar al Restaurante Las Eras en La Font de La Figuera. Mis padres ya lo frecuentaban los fines de semana. Allí puede uno degustar deliciosos platos de cuchara como las lentejas, la sopa de ajo o el potaje de garbanzos, al estilo como cocinaba nuestra abuela. El gazpacho manchego está entre las especialidades de la casa. El local de estilo castellano es amplio y cómodo, con motivos agrestes y camperos como el trillo o la forca que adorna una de las paredes del local. Al frente del negocio está la familia Colom (Fernando, padre y Fernando hijo). Hace tiempo que Fernando Colom, antiguo cocinero, cogió las riendas del negocio hostelero. Más de 50 años al pie del cañón. Mi padre siempre me decía que si iba por carretera y no sabía dónde parar a comer, me detuviera en aquellos sitios donde viera camiones estacionados porque seguro que se comería bien y barato. En el restaurante Las Eras, uno come bien y barato. Las raciones son copiosas y no escatiman comida. El servicio es diligente, atento y muy profesional. John, Fran, Paco o Fernando llevan años en la casa y eso se nota en el trato al cliente. Aquí la estrella Michelín no llegará nunca. Ni falta que hace.

La carta de vinos aunque corta, incluye vinos de la Cooperativa La Viña como Icono, Venta del Puerto o Juan de Juanes. El local dispone de una amplia zona de aparcamiento y cámaras de seguridad. Muchos camioneros aprovechan el amplio aparcamiento para pernoctar en el interior del camión. Está abierto las 24 horas. A diferencia de otros restaurantes de la zona, que trabajan con pan y bollería precocinada, aquí lo suministra diariamente una panadería de La Font de La Figuera. Cosa que es de agradecer, sobre todo a los que somos muy paneros y odiamos esas hogazas de pan que no saben a nada y todo es artificial. Muy recomendable el bizcocho con manzana o la monjàvena, un dulce de origen árabe con sabor a canela, que es muy típico de Xàtiva. Los postres, todos ellos caseros, son deliciosos. Natillas, tarta de queso con arándanos, crema catalana o un delicioso tocino de cielo, que no tiene nada que envidiar a los que hacen en Murcia o en restaurantes de prestigio, que ahora están tan de moda. El trato es muy familiar y cercano. Lo dicho: Un local altamente recomendable, que no os defraudará a quienes lo probéis.

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