Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En onda

Deméritos

No sé qué decirles. El pasado domingo en la Murta no llegué a enfadarme. Fui, lo siento, de la mayoría silenciosa, de esa mayoría que después de unos primeros minutos ilusionantes vio como el rival tuvo una clara ocasión en una falta y vio que el rival marcó su primer gol más por demérito nuestro que por mérito suyo; que vio como pasaban los minutos mientras ellos se pasaban el balón; que vio como no disparábamos a puerta, que vio como acabó el partido sin que me apeteciera aplaudir al aceptar lo justo el resultado.

«Somos de tercera». Es una de las frases más repetidas en los últimos días, pero es una afirmación falsa. Es cierto que el domingo el ánimo estaba por los suelos, pero, con el paso de los días, uno empieza a hacer buena la frase que me ha dejado Toni Aparicio esta semana: «no hay que dramatizar».

Los puntos son los que son, los partidos son los que son, la situación es la que es. Correcto. Estamos ahí por deméritos propios. Correcto también. Tenemos pocas opciones. También correcto. Pero flaco favor nos hacemos si arrojamos la toalla. Me dijo Aparicio que poco importa con quién juegas o dónde juegas, que lo importante es puntuar. Con eso me quedo. Luis Miguel Garrido me dice que solo hay un partido, el próximo. Tal vez sean trivialidades pero las prefiero a pensar que la liga se ha acabado y que descendemos.

El Madrid palmó de manera «inesperada». Me quedo con la capacidad de sorprender que permite el fútbol. En un partido juegan once contra once.

No sé que decirles, salvo que este domingo hay un partido, que pueden estar con el equipo porque habrá autobús, que igual que me desilusiono me engancho de nuevo, que me gusta la segunda B y que las matemáticas, de momento, nos dan opciones. De ellos, de los jugadores, depende. A nosotros nos toca ayudarles en lo que podamos. ¿Y si ganamos en Bunyol?

Compartir el artículo

stats