a ciudad de Baeza, cabecera histórica y administrativa en el centro de la provincia de Jaén, de unos 16.000 habitantes, sede de partido judicial y con un destacado conjunto histórico-artístico que ha sabido integrar junto a la cercana Úbeda como Patrimonio de la Humanidad en su aspecto renacentista, se postula para albergar un parador de Turismo. Las gestiones, iniciadas por su alcaldesa durante la última edición de la feria FITUR en la que mantuvo una reunión de trabajo con la presidenta de Paradores, junto al concejal y una técnica municipal del área de turismo, están encaminadas, ya que fruto del compromiso alcanzado, recientemente, personal de Paradores visitó Baeza para conocer sobre el terreno los distintos emplazamientos que propone la administración local para abrir este Parador.
Las claves de esta iniciativa descansan en la buena sintonía entre el organismo estatal y el ayuntamiento y la irrupción de Baeza como uno de los destinos de calidad en el segmento del turismo de interior, algo que le da fuerza en las negociaciones y aumenta el interés de Paradores por el negocio, teniendo en cuenta además que la situación de la empresa pública ha mejorado ya que en 2015 tuvo unos beneficios de unos 4 millones de euros.
En Xàtiva estos días se ha producido el cambio por mandamiento judicial de la propiedad del antiguo Real Monasterio de Santa Clara, un destacado conjunto monumental, declarado Bien de Interés Cultural, y cuya propiedad ostenta ahora el Banco de Santander que ya ha manifestado públicamente la intención de su venta al mejor precio. La situación pasada y presente del exconvento es una muestra más del desinterés inversor, motivado por distintos factores, tanto público como privado, en el valioso patrimonio histórico de Xàtiva que en absoluto es contemplado como un potencial recurso generador de turismo, riqueza, empleo y calidad de vida para la población, algo que si ocurre, y con éxito, en otras ciudades de similares características.
Puede que sea el momento de plantearse, como ya han hecho algunos ayuntamientos españoles, la creación de una oficina de captación de inversiones turísticas. Dando por hecho, —y así lo reconocen la mayoría de visitantes del conjunto histórico-artístico setabense que no dejan de sorprenderse del casi nulo aprovechamiento de este espacio tan emblemático de la ciudad—, la oportunidad que puede suponer para la recuperación de la ciudad revalorizar y relanzar la inversión en muchos activos hoy degradados, inutilizados y abandonados, esta oficina, con criterios profesionales, expertos y pleno respeto a la legislación urbanística y patrimonial vigente, debería ser capaz de poner en contacto la amplía y específica oferta con una creciente demanda inversora turística nacional e internacional que si se dirige a otros conjuntos históricos de España y Europa.
Y en el liderazgo de dicha oficina, a través de las iniciativas promocionales a desarrollar en distintos mercados de interés, habrían de implicarse los máximos responsables municipales con la representación del alcalde al frente, al margen de que en su estructura jurídica y gerencia pueda tener cabida el sector privado aplicando fórmulas contempladas en la legislación de contratación pública.
Porque si la mayoría de agentes económicos setabenses no están por la labor, como se ha visto estos días de Pascua en los que los visitantes han paseado por un conjunto histórico fantasmal y de establecimientos cerrados, tendrá la ciudad que buscar la inversión fuera, para asegurar su viabilidad futura en un cada vez más competitivo entorno de ciudades medias cercanas de mayor población y servicios. Y podría darse incluso la paradoja que esta inversión turística foránea, bien encauzada, fuera la que diera importantes oportunidades de empleo de calidad en la ciudad, evitando que muchos jóvenes setabenses, incluso cualificados, hubieran de irse de Xàtiva para trabajar y vivir cuando, de haber creído de verdad e invertido en ello, pudiera haberse creado un potente sector turístico local con el centro y la toma de decisiones en la propia ciudad.
