Hay que reconocerle al Olímpic el acertado manejo en casi toda la planificación que está llevando a cabo su actual directiva en cuanto a aspectos económicos y sociales. Comenzó por rectificar la distribución de localidades de la grada cubierta, adecuación de un palco vip, eso sí a lo pobre por razones de espacio, con desplazamiento de los ocupantes a otra más bien lejana dependencia para recibir una especie de merienda incluida en el precio de cada localidad.
Se ofertó en diversos partidos localidades a precio reducido para acompañantes de los socios. Se mantuvo la rifa del descanso, ligeramente inferior en cuanto a espectáculo y similar en cuanto a premios. Puso en escena un Olímpic B cuya utilidad deportiva es dudosa, no así el pequeño plus en la economía —toda piedra hace pared—, mantuvo el equipo femenino y el equipo juvenil, cuyo potencial decae con respecto a años anteriores en los que militaba en Liga Nacional llegando a formar algún jugador con nivel apto para el primer equipo. Visitas del presidente a las empresas en busca de apoyo económico tanto en publicidad como en aportaciones económicas.
En fin, todo correcto pero con un error de base de principal relevancia: se les olvidó que en fútbol la máquina que mueve todo el tinglado de un club es el aspecto deportivo. Si el equipo no da el tono adecuado todas las buenas intenciones y el trabajo de quienes lo dirigen no sirven para nada. Los resultados son los que mandan y llegan hasta pedir ceses de presidentes si los socios no están de acuerdo con los resultados o el juego que ofrecen los jugadores y entrenadores no son de su agrado.
Y éste es el caso del Olímpic, cuyo juego no convence ni tampoco se digiere que los principales mandatarios gocen de sustanciosos salarios, algo que nunca se ha dado en nuestro equipo y que lleva al temor del socio ante cualquier posible desbandada al estilo Huracán, cuyo parecido con el Olímpic no es pura coincidencia. Véase si no los seis futbolistas o más que han recalado en nuestro club.
Otro entrenador. El Olímpic se hubiera ahorrado dolores de cabeza y hubiera obtenido mejores logros deportivos, y sobre todo económicos, si hubiera fichado al principio de temporada al entrenador que todos tenemos en mente. Esperemos que el partido de mañana ante el Levante sea todo lo positivo que deseamos en bien del futuro de nuestro club.
