Ontinyent y su casco histórico cuentan desde ayer con un nuevo punto de interés turístico. Se trata del refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado a la Calle del Regall, a los pies del conjunto histórico del barrio de la Vila, que ha sido habilitado por el Ayuntamiento de Ontinyent para su aprovechamiento turístico-cultural, y que era inaugurado por el alcalde, Jorge Rodríguez. En el acto, al que acudía el jefe de área de Conocimiento e Inteligencia Turística de la AVT, José Luis Wagner, regidores de la corporación, representantes de asociaciones y público en general, el alcalde destacaba que la intervención, cofinanciada por el consistorio y la Agencia Valenciana de Turismo con 70.000 euros, «pone en valor un elemento de nuestra historia que se había convertido en un espacio sin uso, y con la recuperación del cual podemos dotar en el barrio de la Vila de un nuevo elemento de atracción».
La regidora de Turismo, Sayo Gandia, dio detalles de la actuación realizada, «que ha respetado en todo momento la importancia histórica de un espacio que supone un nuevo paso adelante en la potenciación turística del centro histórico de la ciudad», explicaba. Las obras han servido para limpiar los accesos, consolidar paredes con riesgo de desprendimiento, ejecutar un sistema de drenaje para resolver las filtraciones de agua y el pavimentado la superficie con hormigón poroso armado con fibras de poliéster.
Además, se han reconstruido los peldaños de los dos accesos a las galerías en todo el desarrollo de la escalera, se ha adaptado el espacio para personas con movilidad reducida; y se ha realizado la instalación eléctrica e iluminación según las necesidades. Igualmente, se cuenta con una pantalla donde se puede contemplar un vídeo explicativo de apoyo para las visitas guiadas de grupos escolares, turistas y público en general.
Este refugio, incluido dentro del catálogo de Patrimonio Arqueológico, Etnológico e Histórico de la dirección general de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana, fue uno de los que se construyeron en Ontinyent durante la Guerra Civil para proteger la población de posibles ataques aéreos, con la particularidad del material con que se construyó: excavado sobre la piedra.
Único que cuenta con acceso
La capital de la Vall d'Albaida era uno de los núcleos industriales que reorientaron su producción a la fabricación de munición para atender la demanda de armamento, convirtiéndose así en un posible foco de ataques. En la ciudad hay ahora entre casi diez refugios catalogados, la mayoría de ellos de difícil acceso, y algunos de ellos situados dentro de las fábricas más destacadas, como la de Paduana o Tortosa y Delgado. El refugio del Regall se convierte así en el primero que se recupera de todos los que hay registrados. Se eligió este en concreto para rehabilitarlo porque actualmente es el único al cual se puede acceder.
