Podría repetir al artículo de la semana parada, poco ha cambiado la situación en la clasificación, aunque queda una jornada menos. Ante el At. Levante, como en Hogwarts, el colegio de Harry Potter, los «dementores» aparecieron en el cielo, esos seres que te roban la ilusión y tus recuerdos. El gol en el último minuto del primer tiempo y de penalti, que significaba el 2-1 para los locales, debió dejar a los de Xàtiva como los prisioneros de Azkaban, «muertos en vida».
Los que sobreviven a Azkaban no lo olvidan, y el Olímpic creo que, en ese momento, debió ver tan cerca el descenso, que esa reacción, ese gol del empate conseguido, debe haber significado toda una liberación. Supongo que no olvidan lo sentido en ese momento, y que no querrán volver a sentirlo.
Podemos perder este domingo ante el Alcoyano pero partimos de inicio con más moral de que esperábamos tener hace una semana, con más confianza, lo que iguala un poco más el choque. Ellos disputan, atendiendo a sus objetivos, una final, pero la de nosotros es «la final». Debemos aprender de los errores y la actitud «pasiva» que tuvimos todos en el partido ante el Hércules debe cambiar. Si ellos gritan ¡deportivo!, nosotros ¡Olímpic! Más seguro que somos. No nos queda otra que abogar por el milagro. Nos han pedido «ser más, y estar más unidos». Los jugadores han grabado un vídeo pidiendo nuestro apoyo. No hay motivos para negárselo. Hasta que las matemáticas marquen sentencia no es cuestión ahora de ponerse muy críticos. Tiempo habrá para hacer valoraciones, balances, evaluar y criticar o elogiar.
Bajaré ilusionado este domingo a la Murta, dispuesto a «padecer», pero también a «disfrutar» de las tres finales que el Olímpic va a disputar en la Murta hasta que esto se acabe, y acabe, espero, con el permiso para disputar esta categoría la próxima temporada. Como dicen los jugadores en el vídeo: «¡Amunt Oímpic!».
