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50.º aniversario del gozalbes vera de xàtiva

El cole del «baby boom»

Sustituido hace pocos años por un moderno edificio en la misma ubicación que el anterior, el centro escolar de Xàtiva festeja su medio siglo tras arrancar en plena explosión demográfica

El cole del «baby boom»

Corría el verano de 1962, España se acercaba a los 25 años de paz y el país era reconocido internacionalmente como una dictadura que se abría a las inversiones de las multinacionales norteamericanas, al turismo; repatriaba las divisas de los emigrantes, desparecían los tribunales militares, se olvidaba la represión, y se conseguía absorber el desempleo con el desarrollo de los planes de estabilización y desarrollo industrial. Una época sin libertad pero de prosperidad económica, en la que se forjó una clase media que tenía acceso a la sanidad, el trabajo; a la naciente seguridad social copiada de los conservadores británicos. Y como consecuencia de la bonanza, se produjo una gran expansión demográfica, incrementada por el fuerte apoyo del régimen a la natalidad y a la concepción de una familia tradicional y extensa.

Xàtiva fue fiel a aquella prosperidad con un desarrollo urbano sin precedentes. El consistorio planificaba nuevos ensanches que acabasen con el proyecto del balcón a la huerta, ideado en los años cuarenta, con la creación de la grisácea balaustrada que enmarca la Alameda y la Avenida de Selgas, que se pensaba convertir en paseo y mirador hacia el fecundo regadío local. Pero la alcaldía de Eugenio Blasco sustituyó el romanticismo por la utilidad social. La ciudad necesitaba de viviendas, escuelas y equipamientos urbanos para una población en aumento. Así, planteó la necesidad de crear un nuevo grupo escolar a espaldas del recién creado parque-monumento a la familia de Selgas Marín, y al lado de la Sociedad Musical la Primitiva Setabense. Se pensó así en alzar sobre una parcela de suelo público una escuela con ocho unidades, cuatro para niños, y otras tantas para niñas, cuyo coste presupuestado sería de un millón y medio de pesetas, y el plazo de ejecución de las obras de aproximadamente de un año. Y tal objetivo llegó a oídos del setabense Francisco Gozalbes Aranda, quien decidió ayudar al consistorio en la financiación del complejo educativo, ofreciendo un donativo de 800.000 pesetas, ya que así quería cumplir también con una de las últimas voluntades de su difunta esposa, Milagros Vera.

Seguía así los pasos de otros ilustres convecinos que habían ayudado al mecenazgo de las inversiones educativas en Xàtiva, como fueron: el arzobispo Mayoral, Attilio Bruschetti o Enrique Martínez Bellver. Él había sido un setabense de orígenes humildes, que trabajó como botones en el Círculo Mercantil, y que tuvo la fortuna de realizar el servicio militar en Madrid, donde conoció al capitán Ezequiel Selgas. Su condición de setabense, más su carácter afable y trabajador, le hicieron ganar —tras licenciarse— una carta de recomendación para trabajar en algunas de las inversiones de los Selgas en Xàtiva, donde ya residía permanentemente la madre del capitán. Por mediación de José Torregrosa García, fundador del Garaje España, se convirtió en el chófer personal de María Marín, la madre de Ezequiel y Juan Selgas, cuyo marido le había hecho construir a pequeña escala en Xàtiva un palacio a imagen del que la multimillonaria familia poseía en el Cudillero (Asturias).

Apodado por los setabenses como Ximo, el del Palasiet, pronto evolucionó de chófer a representante de todas las inversiones de los Selgas en Xàtiva —el Garaje Alameda o el Hotel Espanyoleto, entre otras. Ello le permitió amasar una considerable fortuna, que siguiendo el espíritu de los Selgas, destinó a las labores de mecenazgo. No sólo financió parte de las obras del colegio que lleva su apellido y el de su esposa, sino pasos de la Semana Santa; realizó aportaciones a las sociedades musicales de la ciudad, y ayudó también en el parque que Xàtiva sufragaría unos años antes, en memoria de su jefa, María Marín.

Las obras duraron de octubre de 1963 a noviembre de 1964, y tristemente en aquel año falleció Francisco Gozalbes, quien no pudo ver la inauguración del colegio. La supervisión de la correcta inversión de la donación quedó en manos de sus hijos políticos, los esposos de las hijas del matrimonio Gozalbes-Vera, Pepa e Isabel. El edificio estuvo ya preparado para su ocupación el día 20 de marzo de 1965, tras informe favorable del arquitecto Francisco García González. A partir de abril se empezó a dotar a las aulas de material escolar. Pero previamente, para evitar retrasos inoportunos, el alcalde Eugenio Blasco escribió a José Antonio Maravall Casesnoves, setabense y primo político del anterior, por entonces profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid, para que intercediese ante el director general de Enseñanza Primaria, en el apremio de los envíos, ya que no quedaría nada bien inaugurar el grupo escolar con material de segunda mano procedente de otros centros de la ciudad. Cosa que no ocurrió, ya que el director, Joaquín Tena, pensaba como José Antonio, que sería de mal efecto, «y más tratándose de tu pueblo». Tras la inauguración el colegio alcanzó la cifra de los 400 alumnos matriculados, y pronto quedó masificado con 600, siendo claro reflejo del baby-boom demográfico que experimentaba el país. Pero además de centro educativo, prestó todo tipo de servicios a la ciudad de Xàtiva, como local de ensayo de la Música Vella, conservatorio, escuela de adultos, de formación del profesorado, de cursillos organizados por la conselleria o para organizar eventos de la Fira d'Agost. También cedió sus instalaciones para que pudiesen entrenar los equipos locales de baloncesto, balonmano, o voleibol.

Recientemente reformado el centro, el claustro del Gozalbes-Vera ha querido conmemorar estos cincuenta años de servicio público, organizando una serie de actos, entre los que destacan la inauguración esta tarde en la Casa de la Cultura, de una exposición titulada 50 anys aprenent junts, donde se mostraran fotos y materiales curriculares de las experiencias educativas desarrolladas a lo largo de medio siglo, invitando a toda la ciudadanía, con especial atención a los antiguos profesores y ex alumnos. El programa previsto es: a las 19:15 proyección de un audiovisual y parlamentos en el salón noble de la Casa Cultura; a las 20:15 inauguración de la exposición en la sala entresuelo, y a las 20:30, actuación de la Escola de Danses.

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