Un pintor de una extraordinaria importancia en el Renacimiento valenciano y casi desconocido en su Xàtiva natal. Un libro del historiador Josep Lluís Cebrián junto a otros dos investigadores viene a cubrir un sorprendente hueco editorial: la biografía de un artista que Xàtiva prácticamente no ha reivindicado jamás pese a la importancia iconográfica de algunas de sus obras. El volumen, Miquel Esteve, pintor leonardesco de Xàtiva, se presenta el próximo sábado a las 12 de la mañana en el Museo de Bellas Artes de la Casa de l'Ensenyança, en una intervención a cargo del editor, Antoni López Alemany (Ulleye) a la que asistirán los coautores, los historiadores del arte Cebrián, Lorenzo Hernández y Beatriu Navarro.
Miquel Esteve es un importante pintor del Renacimiento valenciano natural de Xàtiva y prácticamente desconocido en su población natal, afirma Cebrián. «Paradójicamente, algunas de sus obras han sido divulgadas hasta la saciedad como ilustraciones en publicaciones históricas, como es el caso de escenas del retablo de San Vicente Ferrer del Museo de Bellas Artes de Valencia o la Sagrada Familia del mismo museo, al cual ha sido devuelta recientemente otra obra muy famosa del pintor», explica. «Nos referimos —añade el coautor del trabajo— a la tabla de San Miguel Arcángel originaria del Castillo de Montesa, que ha permanecido en el Palau de la Generalitat durante los años del mandato de sus dos anteriores presidentes».
La producción pictórica de Miquel Esteve «engloba diversas obras atribuidas anteriormente al llamado Maestro del Grifo y a Miquel del Prado, ayudante que fue de Esteve en la culminación de los frescos de la capilla de la desaparecida Casa de la Ciudad de los jurados de Valencia», agrega.
El libro, editado en castellano, consta de dos partes. La primera contiene la biografía del artista y profundiza sobre las diferentes etapas por las que discurrió su estilo. La segunda parte recoge el catálogo razonado de su producción. La obra editada cuenta con cincuenta ilustraciones en color y setenta en blanco y negro, sumando un total de 210 páginas.
En la introducción, Cebrián, Hernández y Navarro señalan que Esteve «supo asimilar lo mejor de la pintura de su tiempo, sobre todo la de Paolo de San Leocadio y los Hernando, manteniendo la estética leonardesca de estos últimos hasta su muerte hacia 1527». Según añaden, «la pintura valenciana experimentó tras esa fecha los cambios hacia el pleno Renacimiento, de resonancias rafaelescas, que introdujo en el territorio el gran Joan de Joanes».
«Excelente paisajista»
En la obra de Esteve se aprecia que fue un «excelente paisajista, con fondos repletos de detalles anecdóticos; buen dibujante y de rica paleta». El de Xàtiva sigue la estela del mismísimo Leonardo da Vinci, afirman los coautores. «Es, de justicia, merecedor de una monografía y que sea Xàtiva, su ciudad natal, a través de la editorial Ulleye, quien haga pública y difunda universalmente la obra de este pintor hasta hoy relativamente desconocida. En el libro hemos apurado los escasos datos conocidos sobre su vida y obra», dicen
