egreso al pasado. El Olímpic sucumbió ante el Villarreal que nos superó en todo, echando por tierra las ilusiones creadas en sus seguidores tras el partido ofrecido ante los de Alcoi. El resultado negativo para los que somos realistas era de esperar, la infraestructura y organización del equipo amarillo es tan modélica que la diferencia de goles conseguida por ambos contendientes lo dice todo. El equipo castellonense ha conseguido anotar 59 goles hasta la fecha por tan solo 26 conseguidos por los nuestros.
El partido le duró a los locales 13 minutos haciendo desaparecer la posibilidad del empate a cero. Siete minutos más tarde encajó el Olímpic el segundo gol que sentenciaba el choque, llegando el 3-0 definitivo sin pena ni gloria ya en la segunda parte, conscientes de que los milagros en fútbol ya no existen.
No hubo goles de los nuestros, circunstancia a cargar en el debe de los técnicos que tiene el Olímpic encargados de construir una plantilla competitiva cuyo fracaso ha quedado suficientemente demostrado, a través de toda la Liga. Somos, de los 80 equipos que componen la Segunda B, el que menos goles ha marcado en las 35 jornadas jugadas. Volvemos al pasado cuando solo quedan 3 partidos por disputar. Dicen que dependemos de nosotros mismos, lo cual si no enmendamos la plana, no nos va a servir para nada.
La próxima jornada viene el Lleida Esportiu partido que habrá que ganar esperando que el Mafumet ante el Alcoyano pinche en su terreno y el Olot haga lo propio en su campo ante el Llosetense. Así podríamos alcanzar la única plaza de promoción de permanencia a la espera de los resultados correspondientes a las dos últimas jornadas. Ilusiona pensar por el momento en ver repetida la actuación ofrecida por el Olímpic ante el Alcoyano, incluida la buena organización ofrecida por parte de la directiva, aunque tampoco podemos ocultar nuestro temor de que al acabar la Liga nos veamos en la Tercera División, o lo que es peor en la Regional Preferente si los temores de muchos aficionados se confirman.
