Fue una división territorial pionera a la vez que fundamentada en la historia. Las comarcas Centrales Valencianas experimentaron su, hasta ahora, más importante impulso a mediados de la década de los 90. Fue con el asentamiento de alcaldes del PP en la mayoría de localidades y con el respaldo y aliento del gobierno autonómico de Eduardo Zaplana. Pero aquella propuesta fue abortada por sus propios impulsores, recelosos de una redistribución geográfica que chocaba, en realidad, con sus aspiraciones de homogeneidad. Hoy, diez años después de la práctica disolución del Consorcio de las CCV, el organismo que debía gestionar ese nuevo mapa, renace. A las siete y media de la tarde está prevista la sesión constitutiva de la Junta General, en el salón de actos de la Mancomunidad de Municipis de la Vall d'Albaida.
Del consorcio forman parte los ayuntamientos de Alcoi, Cocentaina, Dénia, Gandia, Ibi, Oliva, Ontinyent, Tavernes de la Valldigna, Xàtiva y las mancomunidades de la Safor y la Costera-la Canal, además de la anfitriona. Los representantes designados por cada uno de los miembros tomarán posesión de sus cargos y seguidamente escogerán presidente, vicepresidentes y comisión ejecutiva, además de designar secretario.
Para el presidente de la Mancomunidad anfitriona, Vicent Gomar, «la recuperación del consorcio es una muy buena noticia y, a la vez, una satisfacción que lo haga en la sede de la mancomunidad de la Vall». El munícipe asegura que «seremos la voz de los pueblos pequeños, pero también de sectores como la agricultura, una parte importante del desarrollo de las comarcas centrales junto con el turismo, la industria y el comercio», añadía. Esta mancomunidad estará representada por el propio presidente; el consejero de Medio Ambiente, Diego Ibáñez; la consejera de Infraestructuras, Transporte y Comunicaciones, Carolina Mengual; además de los alcaldes del Palomar, Jordi Vila, y Albaida, Josep Antoni Albert.
Languideció con Rus
Presidido por Alfonso Rus, alcalde de Xàtiva, el consorcio fue condenado deliberadamente a la inacción sin que jamás se oficializara su liquidación. Ahora, el nuevo ejecutivo que preside Ximo Puig aboga por esta territorialidad.
