Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una familia saca a su hijo de un colegio de Xàtiva tras denunciar que sufre acoso

Los padres del menor, de 11 años, llevan al centro privado al juzgado tras cuestionar su actuación

Una familia saca a su hijo de un colegio de Xàtiva tras denunciar que sufre acoso

Los padres de un niño de 11 años que cursa 5º de Primaria han comparecido ante el magistrado titular del juzgado de instrucción nº3 de Xàtiva para denunciar un presunto caso de acoso escolar en un colegio privado de esta ciudad. A raíz de los hechos, la familia ha decidido cambiar al alumno de centro y matricularlo en uno público. La denuncia, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, relata cómo Ángel —nombre ficticio que este diario emplea para preservar la identidad del menor— supuestamente habría sido objeto de amenazas e insultos «continuos» durante meses por parte de varios compañeros de clase.

Los padres matricularon al niño en el centro con 5 años, pero nunca habían tenido ningún problema hasta este curso. A partir de febrero, comenzaron a observar una mutación en el comportamiento del pequeño, que terminó afectando a su rendimiento académico. «Comenzó a venir muy malhumorado a casa. Siempre le había gustado ir al colegio, pero de repente se negaba a hacer el deber y no quería acudir a clase», explica el progenitor a este diario.

Según narran los padres en la denuncia formulada en sede judicial —acompañada de correspondencia cruzada con el centro— las alarmas se dispararon cuando Ángel llegó a manifestar su deseo de suicidarse. En los escritos y correos, se evidencia cómo la preocupación de los familiares va en aumento, hasta el punto de confesarse «desesperados e impotentes» ante una situación que, según éstos, «iba a peor» pese a las continuas reuniones con el claustro durante los últimos cuatro meses.

A principios de marzo, los denunciantes solicitaron una actuación «inmediata y urgente» para atajar el presunto acoso, después de informar de que su hijo estaba siendo objeto de un «trato vejatorio» y de un «daño psicológico grave» que le había conducido a tener «pensamientos suicidas» y un bajo estado de ánimo, por lo que decidieron acudir a un pediatra para recabar sus impresiones.

En su testimonio ante el juez, los padres exponen un incidente ocurrido el 3 de mayo. Ese día, los responsables del colegio les informaron de que, cuando Ángel salía de la clase de la tarde, «empezó a gritar con la mochila en la cabeza indicando que se iba a tirar por las escaleras». Aunque el menor pudo ser disuadido, al día siguiente la familia optó por no llevarlo al colegio «por seguridad» y presentó la denuncia. Según añaden los comparecientes, fue en ese momento cuando el gabinete psicopedagógico del centro les comunicó «que iban a iniciar el protocolo frente al acoso y a poner los hechos en conocimiento de la conselleria».

Careo y alejamiento en clase

Los padres sostienen que la actuación del centro se limitó a un careo entre los alumnos en conflicto y a distanciarlos en clase. El colegio, en cambio, asegura que sus profesionales intervinieron desde que tuvieron constancia de los hechos, siguiendo las directrices de Educación.

El 21 de marzo, el departamento psicopedagógico informó a los progenitores por escrito de que, tras interrogar a «un par de compañeros» que Ángel señalaba como responsables de los insultos, uno de ellos «se ha sentido enormemente dolido por las acusaciones hacia él de unos hechos distorsionados por la interpretación que (Ángel) ha hecho de los mismos». «Se trata de un claro ejemplo de la conveniencia de resolver los conflictos in situ y en el mismo momento en el que suceden, de forma que evitaremos malas interpretaciones y daños colaterales», añade la carta, en la que los responsables del citado gabinete subrayan que «se ha reflexionado con Ángel acerca de la necesidad de crear sus propias estrategias de defensa ante cualquier descalificación, pero también de potenciar el pensamiento crítico frente a posibles conversaciones no dirigidas a él y en las que su nivel de desconfianza puede crear interpretaciones erróneas», zanja el escrito.

Estos razonamientos indignaron a los padres, que acusan al centro de «culpar» a su hijo del acoso, así como de no actuar con diligencia, de no dar suficiente importancia a los hechos y de silenciarlos, cuestiones que el colegio niega rotundamente.

El niño, que sufre TDAH, se halla bajo tratamiento psicológico. Su padre asegura que a Ángel «le ha cambiado la cara» después de ser trasladado a otro colegio «de ambiente más familiar», aunque también de Xàtiva, al que agradece que le abriera sus puertas en la recta final del curso. El progenitor asegura que su objetivo con la denuncia es «evitar que los hechos se repitan». La familia está a expensas de que se adopten las diligencias de investigación oportunas y de que el juzgado determine qué órgano se hace cargo del caso.

Compartir el artículo

stats