Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El mirador del Benicadell

El periodismo local y comarcal

El 20 de octubre de 2001, la Associació de periodistes de la Vall d'Albaida, APERVALL, convocaba una asamblea general en el desaparecido Centre de Cultura Manuel Sanchis Guarner de Ontinyent, para dar lectura y aprobar los estatutos de la nueva asociación. De aquella iniciativa poco más se supo.

El siguiente paso dado por estos pagos, y vinculado al periodismo, se daba en noviembre del año pasado, cuando una suerte de editores de 12 periódicos de ámbito local o comarcal valencianos constituían en Alcoi una Associació Valenciana de Premsa Comarcal. Aunque bien mirado, «la gestión y fomento de los intereses comunes del sector editorial de la prensa impresa de las comarcas valencianas, poniendo énfasis en la defensa de su papel como interlocutores sociales en sus respectivos territorios», poniendo énfasis en la «representatividad ante las instituciones, entidades sociales y empresas», pero que en ningún momento se pone el acento en la calidad, veracidad, etc., incluso la dignidad retributiva de la menguante tropa periodística. Lo que induce a pensar que entre sus prioridades no figuran los pilares esenciales del periodismo. Lo suyo es otro extenso y prolijo cantar, cuyo análisis escapa al cauce de este comentario. Pero que andaría en la línea del que realizaba el pasado 3 de mayo el periodista Salvador Enguix, donde, a partir del informe de la Unió de Periodistes Valencians, señala los datos de destrucción de empleo, terribles y catastróficos, así como el desánimo generalizado que cunde en la profesión. Un dato también relevante es el que alude a la «fuga de periodistas hacia otros campos como los gabinetes de prensa o la gestión de redes sociales». De esa clase de ejemplos vinculados al periodismo, en Ontinyent los encontramos en la Caixa de les Comarques o en el mismo ayuntamiento ontinyentí, donde hasta el mismo secretario personal del alcalde, Jorge Rodríguez, procede del periodismo, de Levante EMV sin ir más lejos. Es lo mismo que hizo la exalcaldesa Lina Insa, poniendo a su vera a una periodista. Los ejemplos son numerosos.

Todo ello deviene en el progresivo abandono del periodismo. Se transmuta la piel, adaptándola a las prioridades de quienes rigen las institucionales, ya sean públicas o privadas. Obviamente, las informaciones que transmiten pasan a tener carácter publicitario. No en balde el mentado informe de la UPV advierte que «los gabinetes cada vez tienen más recursos, humanos y técnicos, mientras desaparecen las redacciones». Todo un cáncer para el periodismo.

Y si mal que bien, la mayoría de redacciones de los grandes medios, ya sea nacionales o autonómicos, sobreviven en dura competencia en los tiempos actuales, algunos manteniendo su independencia y rigor informativo. Amén de mantener la dignidad salarial de los periodistas. Pero si nos asomamos a las redacciones de los medios locales o comarcales vemos que priman valores como el altruismo o el voluntariado frente a la soldada digna. En consecuencia, la mayoría de estos medios, y no solo los escritos, sino también los radiofónicos, televisivos o digitales, actúan de escaparates de los distintos gabinetes de prensa (léase propaganda). Para ello, solo hay que ojear un periódico impreso del lugar o repasar cualquier informativo de radio o televisión, para corroborar que sobre un 80%, o más, de las informaciones son servidas por el manido recurso del «copiar y pegar». Mientras las noticias de investigación suelen brillar por su ausencia. Tampoco los artículos de opinión se caracterizan por la erudición de los colaboradores, o la profundidad y avales críticos del que los suscribe.

Con todo el principal mal que se cierne sobre los medios de comunicación cercanos es que están en retroceso.

Compartir el artículo

stats