Jueves, minutos antes de las 12 del mediodía, una fila de alumnos y alumnas de un colegio de la ciudad pasa por la acera de la grada del Campo Murta de regreso, supongo, a su centro. La plantilla del Olímpic entrena dentro. Todos juntos y durante todo el tramo de la grada, gritan al unísono «¡Olímpic, Olímpic!»
Algo ha cambiado. En pocos momentos de la historia reciente del club se ha conseguido que sus resultados sean de interés para tantos vecinos. Tengo un amigo que creo que nunca ha ido a La Murta, pero esa misma mañana me preguntó en la calle si el Olímpic se iba a salvar. Un colaborador de la emisora me pregunta cada lunes por el resultado y por las opciones de permanencia. En La Murta, ante el Barcelona B, 2.700 espectadores.
Un último esfuerzo. Desde el punto de vista de la plantilla son dos semanas más de trabajo que muchos de sus compañeros de liga, empieza a apretar el calor. Son ya muchos partidos en los que se ha jugado con la presión que supone estar obligado a ganar. En los últimos partidos se ha pedido la presencia y los ánimos desde la grada, y se ha respondido de manera creciente, y se han conseguido los resultados esperados. Este domingo se juega, esta vez sí, el último partido de liga en La Murta, en Segunda B. En agosto queremos seguir en Segunda B. Nos toca, a los aficionados, aportar nuestra parte y hacer también un último esfuerzo.
Desde Leioa se lanza el mensaje de que no va ser fácil superar al Olímpic; desde Xàtiva alguien me dijo que estas dos semanas son un trámite, que no se duda de la permanencia. Confianzas, cero. No me fío del victimismo y creo que es lógico transmitir confianza y seguridad ante un play out, donde sabemos que casi todo es posible.
No se pierdan el partido de este domingo porque, señoras y señores, Va de bo!
