La cumbre que reunió ayer a cerca de una veintena de alcaldes y concejales de la Costera en la Font de la Figuera escenificó el hartazgo de los ayuntamientos ante el déficit de transportes e infraestructuras que soporta la comarca. La pérdida de conectividad en el servicio de cercanías, el recorte de trayectos y líneas de autobús y las inversiones en carreteras y accesos que se aplazan de forma indefinida en el tiempo centraron el transcurso de una jornada que permitió a los representantes municipales exponer las carencias más urgentes de cada población en materia de comunicaciones, a tiempo que evidenció la necesidad de intensificar la vertebración del territorio y sentó las bases de una alianza para dar solución a las demandas compartidas.
La cita, que partió de una iniciativa del gobierno de la Font de la Figuera —una población que la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, llegó a equiparar con el triángulo de las Bermudas debido a su aislamiento— concilió la presencia de diversos cargos de la diputación y la Generalitat. La vicepresidenta de la institución provincial, Mª Josep Amigó, el secretario autonómico de vertebración del Territorio, Josep Vicent Boira, y el director general de Transporte, Obras Públicas y Movilidad de la conselleria, Carlos Domingo, se marcharon con la mochila cargada de las inquietudes de los alcaldes y el compromiso de plasmar todas las reivindicaciones en un dossier, con vistas a estudiar las vías para poder satisfacerlas.
Al acabar la cumbre, Domingo denunció ante los medios que el Estado «tiene a la comarca abandonada» en el ámbito de las inversiones, tras aludir a los «impactos negativos» que están ocasionando las eternas obras del AVE y el corredor mediterráneo en los servicios de cercanías. De hecho, el tramo de la línea C2 que conecta Moixent y l'Alcúdia de Crespins lleva suspendido al tráfico desde hace seis años y Adif sigue sin poner fecha al reestablecimiento del servicio, interrumpido en diversos municipios. Mientras tanto, cerca de 200 pasajeros diarios han de desplazarse en autobús desde las estaciones sin uso de Vallada, Montesa o Moixent para poder coger el tren en l'Acúdia de Crespins.
Otra problemática abordada en el encuentro de ayer tiene que ver con las obras de la nueva variante de la Font de la Figuera, que también se eternizan en el tiempo, sujetas a continuos parones y retrasos que originan no pocos quebraderos de cabeza a conductores y vecinos. Vicent Muñoz, alcalde de esta localidad, lamenta que los trabajos «debían durar tres años y medio, pero llevamos 12 y, por desgracia, serán muchos más». El dirigente de Compromís dijo que «en una comarca tan alargada y compleja como la Costera, hay mucho por hacer y vertebrar para relacionarnos y mejorar como sociedad en todos los aspectos». Según Muñoz, «las infraestructuras que atraviesan la comarca muchas veces dificultan las comunicaciones, en lugar de favorecerlas».
Un pueblo «aislado»
En ese sentido, el alcalde de la Font señaló el caso paradigmático de su municipio. Las obras en la N-334 están provocando un «desgaste económico» para el ayuntamiento por el desvío de canalizaciones que perjudica a las infraestructuras agrarias. Muñoz también dejó patente las carencias de servicios de transporte público, tanto por la supresión de las cercanías como por el déficit de autobuses. Todo esto «deja al primer pueblo del País Valenciano fuera de la vertebración comarcal», apostilló.
