Los propietarios y empresarios de L'Altet que se alzaron contra la idea de ubicar en el parque industrial de Ontinyent la futura planta de tratamiento proyectada para resucitar el Plan de Minimización de la Vall d'Albaida pueden respirar tranquilos. El ayuntamiento ha rechazado oficialmente la propuesta de la Plataforma del Fem y descarta concurrir al proceso participativo abierto por el Consorcio de Residuos (COR) V5 para decidir el nuevo mapa de instalaciones que se articula en el territorio. Levante-EMV ya avanzó en abril que el consistorio no era partidario de construir la infraestructura en unos terrenos municipales del polígono, como defienden tanto la Plataforma como Iniciativa-Verds, colectivos que recuerdan que Ontinyent es la principal generadora de basura de la comarca.
El gobierno municipal hace hincapié en el rechazo del empresariado y en la insuficiente capacidad del parque para albergar las instalaciones. La corporación no quiere «poner en riesgo» uno de los polígonos «más importantes de la Comunitat Valenciana» y aboga por emplear los solares de titularidad pública «para que se instalen nuevas industrias».
Fuentes del ejecutivo consideran «poco realista y poco valorada» la propuesta de la Plataforma porque supondría «un retraso de varios años» en la puesta en marcha del Plan de Minimización. El modelo de autogestión comarcal de la basura instaurado a comienzos de siglo por la Mancomunitat de la Vall d'Albaida quedó suspendido en 2014, cuando la presión judicial obligó a los 34 ayuntamientos que integran la entidad a delegar en el COR las competencias sobre el tratamiento y la eliminación de los residuos, en cumplimiento de la normativa autonómica del Consell del PP.
Tras el cambio de color político en las instituciones, tanto los responsables del COR como los de la Conselleria de Medio Ambiente se han comprometido a devolver autonomía a la Vall, aunque sin salirse de la actual planificación, dirigida en última instancia por el Consorcio. En virtud de esta decisión, la comarca dispondrá de una planta propia de tratamiento de la basura ligada a un futuro vertedero, una meta que la Mancomunitat persigue desde hace más de una década, frustrada siempre por la tradicional falta de consenso político sobre su emplazamiento.
Tramitación interrumpida
De momento el Ayuntamiento de Bufali ha sido el único que se ha mostrado dispuesto a acoger las instalaciones, en unos terrenos pertenecientes a la empresa Recisa, encargada de la recogida de la basura en la Vall. A diferencia de lo que ocurre en Ontinyent, donde se partiría de cero, en 2008 la firma presentó un proyecto para construir un complejo de valorización y eliminación con capacidad para 40.000 toneladas de basura en unas parcelas agrícolas adquiridas en esta población, próximas a los términos de Montaverner y l'Olleria. El Plan Especial de la instalación llegó a ser aprobado por el pleno municipal de Bufali y obtuvo numerosos pronunciamientos favorables de organismos sectoriales. También fue objeto de una batería de alegaciones desestimadas. Sin embargo, el proyecto terminó encallado en los despachos de la Conselleria de Medio Ambiente, que no lo autorizó porque chocaba con el recién estrenado modelo diseñado para agrupar en el COR la gestión de la basura de la Vall junto a la Costera, la Canal, la Safor y el Valle de Ayora.
Pese al interés, el consistorio de Bufali aún no ha presentado en el Consorcio una propuesta formal para acoger la planta „el plazo del proceso participativo se ha ampliado al 30 de junio„, a la espera de un acuerdo a nivel comarcal que no debería demorarse, según las fuentes consultadas. Una vez se produzca la fumata blanca sobre este asunto, el siguiente paso ha de conducir a los ayuntamientos de la Vall que no están consorciados a integrarse en el COR, una decisión que también se retrasa en el tiempo. Otra cuestión a debate es si se abrirá la planta de transferencias de El Palomar „pendiente desde hace años„ para recortar el trayecto de la basura, que ha de viajar diariamente hasta Ròtova.
