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La consulta que nadie pedía y que puede liquidar siglos de tradición

Pese a que el debate nunca estuvo en la calle Esquerra Unida y Compromís han puesto sobre las cuerdas las históricas corridas de toros de la Fira de Xàtiva Las votaciones continúan hasta el martes

La consulta que nadie pedía y que puede liquidar siglos de tradición

Xàtiva continúa votando. Desde el miércoles y hasta el martes está abierto el proceso para manifestarse a favor o en contra de la permanencia de la figura de la Reina de la Fira y, sobre todo, de las corridas de toros. Aunque la única señal fiable que se conoce es la encuesta del IES Josep de Ribera, que vaticina una victoria del sí a los toros con el 53% de los votos, no es menos cierto que entre los taurinos existe cierta pesadumbre: una tradición de tantos siglos podría estar al borde la de la desaparición por los afanes prohibicionistas de dos partidos políticos, Esquerra Unida y Compromís, con la postura un tanto pusilánime del alcalde, Roger Cerdà, que partidario como sería de los toros ni los ha defendido en público ni ha frenado un referéndum sobre un asunto que nunca ha estado en la calle.

Xàtiva taurina. La ciudad tiene festejos taurinos documentados desde el siglo XV. Y hasta contar con la actual plaza de toros (estrenada en 1919) tuvo otras tres: en la plaza de la Seu, en la plaza de Sant Jaume y en la de Sant Pere. Xàtiva alberga corridas de toros como las actuales desde finales del siglo XVIII. En el siglo XIX fue tal la afición generada —gracias, en parte, a contar con una gran figura local, Joaquín Sanz, Punteret— que de no ser por la interrupción que supuso la Guerra Civil, la ciudad habría albergado anualmente y de manera ininterrumpida corridas de toros desde 1860-70 hasta hoy. Con todo, según el cronista taurino Enrique Amat (Plaza de toros de Xàtiva, 1998. Diputación de Valencia), desde 1919 hasta el pasado año, en ninguna ocasión —salvo de 1936 a 1938— la Fira d'Agost ha faltado a su cita con los toros. Con la de este año serían, por tanto, 77 años ininterrumpidos de corridas: desde el año 1939.

Todas las figuras. Sería más sencillo nombrar a los que no han estado en Xàtiva (Manolete y, del presente, José Tomás) que a los que han pasado por el coso. Y es que prácticamente no hay figura de estos últimos cien años que no se haya anunciado en Xàtiva al menos en una ocasión: Antoñete, Arruza, Gaona, Gallito de Zafra, Andrés Coloma, Gitanillo de Triana, Joselito, El Gallo, Belmonte, Lalanda, El Cordobés, Dominguín, Camino, Ponce, Paquirri, Manzanares, Manili, Ortega Cano, Diego Puerta, Julio Robles, Curro Romero, Antonio Ordóñez, Chamaco, Ruiz Miguel, Espartaco, Jesulín de Ubrique, El Juli, El Soro, Palomo Linares, Dámaso González, Angel Teruel, Ojeda, Bienvenida, Campuzano, El Viti, Talavante, Finito de Córdoba, Víctor Mendes, Vicente Barrera, Rivera Ordóñez, El Fandi, Esplá, Aparicio, Litri...

Una plaza emblemática. La de Xàtiva está considerada, jocosamente, la plaza de toros más grande del mundo. La anécdota que da pie a ello, documentada, se debe a que a Belmonte, en una tertulia taurina, le preguntaron cuál era el coso más grande. Y éste contestó: «el de Xàtiva». Ante la perplejidad de todos, entre ellos Joselito el Gallo, Gallito, Belmonte aclaró: «sí, es la plaza más grande del mundo porque ni tu y yo juntos conseguimos llenarla el otro día». El festejo aludido era el excepcional mano a mano entre Joselito y Belmonte, máximas figuras, el 11 de junio de 1920. En 1969 la plaza atrajo a miles de aficionados de toda España porque Manuel Benítez, El Cordobés, que boicoteó las plazas de primera, alternó sólo en ruedos de tercera. Vino a Xàtiva con Palomo Linares y el acontecimiento —El Cordobés era una leyenda— fue de los que marcan una época. Además, ese día diluvió pero la corrida no fue suspendida. En 2014, la plaza salió en todos los informativos estatales porque el matador Vicente Ruiz, El Soro, volvió a los ruedos después de 21 años retirado por su lesión de rodilla.

Movimiento económico. De las en ocasiones alrededor de 5.000 personas que acuden a las corridas de toros de la Fira de Xàtiva, restado el porcentaje de locales quedan en torno a 4.000 que vienen de fuera. Son espectadores que aparcan en un estacionamiento de pago, consumen en bares y restaurantes o sobre todo aprovechan para pasear por la Fira y sus atracciones así como comprar en alguna parada. El volumen es incalculable, pero nada despreciable porque, además, a veces hay dos corridas e igualmente competiciones de recortadores, cada vez más en auge. De igual modo, para los hoteles las reservas de los toreros y sus cuadrillas son fundamentales.

La mentira del coste. En 2015, el único espectáculo de la Fira que dio dinero a las arcas municipales fue la semana taurina: 3.000 euros por el alquiler del coso. Al ceder la organización de los festejos desde hace décadas a una empresa que paga un canon anual o un alquiler por actividad, el consistorio no corre nunca con ningún gasto. Está muy extendida la falacia de que las administraciones subvencionan los toros. Es falso. En el caso de Xàtiva y en la Fira, subvencionan todo lo demás: el teatro, las albaes, los conciertos, los espectáculos de inauguración y clausura, los deportes... Todo menos los toros.

¿Participación? Después de la consulta antitaurina y dado que el equipo de gobierno está gestionando la Fira sin la más mínima participación vecinal, sólo pasarán dos cosas: o la Fira de 2016 será idéntica a la de 2015 en caso de que gane el sí a los toros y a la reina. O, en caso contrario, será una Fira idéntica a la de 2015 pero sin reina ni corridas de toros. Es como si a uno le dan a escoger el menú pero le dicen que sólo puede votar si quiere postre o no. Decideix la Fira que tu vols, dice la publicidad oficial de la consulta. Un engaño.

15 millones de euros y sin uso. Los partidos que hoy gobiernan Xàtiva criticaron hasta la saciedad el coste de la remodelación de la plaza de toros, que lleva invertidos más de 12 millones de euros. Acabarla dispararía esa cantidad más allá de los 15 o quizá cerca de los 20. Desmesura y megalomanía al margen —casi nadie cuestiona que fue un disparate convertir el histórico coso de Demetrio Ribes en plaza cubierta— lo cierto es que la instalación está ahí y no se puede desguazar y vender al peso. ¿La mejor solución ahora que está hecho el gasto es dejarla sin toros, inservible y abandonada hasta que caiga al suelo herrumbrosa?

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