El nuevo pliego de condiciones de la ORA diseñado por una consultoría externa a petición del gobierno municipal de Xàtiva establece que los empleados de la zona azul han de mantener un trato con los vecinos «en todo momento exquisito» y un «aseo y decoro extremo», bajo amenaza de sanciones. Las bases del contrato, que saldrá en breve a licitación pública, determinan la creación de una comisión de seguimiento municipal encargada de velar por que la firma y los operarios cumplan con sus obligaciones. La nueva contratista deberá asumir los contratos de los actuales trabajadores del servicio: ocho vigilantes y un encargado que representan un coste de entre 16.260 euros y 18.000 euros. El personal, en todo caso, «deberá contar con la calificación necesaria y suficiente para garantizar la perfecta realización de las tareas encomendadas», según el pliego. Todo aquel empleado de la ORA que tenga relación con el público, además, recibirá durante los tres primeros meses de la entrada en vigor del nuevo contrato un curso de formación de atención al ciudadano.

El documento estipula que los controladores de la zona azul deberán trabajar «debidamente uniformados e identificados con diferente equipamiento para invierno y verano». La comisión de seguimiento municipal dará el visto bueno a los uniformes, que han de ser «claramente diferentes a los empleados por cualquier cuerpo de seguridad operativo en la ciudad». Las identificaciones de los trabajadores «serán personales e intransferibles» y, en ellas, figurará al menos la fotografía del operario, su nombre completo, el DNI y el nombre de la empresa concesionaria. Según el pliego, los empleados deberán mostrar su documento de identidad «a cualquier usuario que desee comprobar su identidad».

La contratista dispondrá en su plantilla de un técnico de grado medio que actuará como jefe de servicio y ejercerá de interlocutor entre la empresa y el ayuntamiento. También incorporará a un administrativo encargado de la atención al ciudadano, de la gestión de las reclamaciones o de la tramitación de las solicitudes. La firma deberá contar con al menos un vigilante por cada 170 plazas de zona azul para garantizar «un perfecto control» de las mismas.

Automatización de las sanciones

El adjudicatario ha de aportar un local adecuado y los vehículos necesarios para garantizar las tareas de mantenimiento, inspección y recaudación del servicio, así como los ordenadores y demás medios informáticos necesarios. Como avanzó este diario, los controladores dispondrán de un terminal PDA que permitirá automatizar el proceso de sanciones. Con la introducción de la matrícula del coche y el ámbito en el que se ubica, el terminal contactará con el software de control, comprobará si la situación del vehículo es sancionable y generará la multa.