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El comercio justo se abre hueco en Xàtiva

AVSA gestiona una red de acogida de inmigrantes y campos de cultivo sociales en la Costera

El comercio justo se abre hueco en Xàtiva

Proceden de Ghana, Senegal, Mali o Guinea y, gracias a la Asociación Valenciana de Solidaridad con África (AVSA), han dejado de malvivir en las calles de Valencia para tener acceso a los más básicos preceptos constitucionales: trabajo, techo y comida. Esta entidad se vuelca en el acompañamiento de decenas de inmigrantes subsaharianos en el largo camino de la inserción laboral y social, articulando mecanismos de autosuficiencia y autogestión mientras se tramitan sus papeles. En apenas 4 años, el colectivo ha conseguido gestionar una red de casas de acogida y campos de cultivo en la Costera cedidos por particulares de forma altruista.

El último paso del trayecto se materializó ayer, cuando la cooperativa de trabajo asociado promovida por AVSA levantó la persiana de la Botiga Solidaria, un puesto del mercado municipal de Xàtiva donde uno puede adquirir cualquier alimento de primera necesidad con la conciencia libre de culpa, sabiendo que ha sido recolectado a apenas unos kilómetros de casa en condiciones éticas y que el dinero de su bolsillo se invertirá en una buena causa.

Verduras de temporada cultivadas «al estilo tradicional», aceite de oliva virgen extra, miel silvestre, patés y mermeladas ecológica, vino, mistela, vermut artesanal, cerveza ecológica y café y azúcar de caña recolectados a los parámetros del comercio justo.

La iniciativa tuvo una excelente acogida el primer día, hasta el punto de que algunos productos se agotaron. Al acto de apertura oficial del puesto en el mercado „que estará operativo los martes, viernes y sábados„asistieron el teniente de alcalde de Xàtiva, Miquel Lorente, y la regidora de Bienestar Social, Xelo Angulo.

AVSA proporciona cobijo a cerca de treinta inmigrantes en Vallada y Xàtiva rescatados de las calles y puentes de Valencia, una ciudad que les cerraba las puertas y solo les dejaba una salida: ejercer de manteros. «Poco a poco vamos consiguiéndoles los papeles y que dispongan de un trabajo, que es lo que dignifica a la persona independientemente de la bolsa de comida», expone Joan Bou, representante de la entidad volcado con numerosos movimientos sociales. Bou subraya que la faena en el campo y la formación que reciben de los voluntarios implica una labor «terapéutica» para los migrantes, que arrastran una tortuosa historia a cuestas.

Fomentar valores de consumo responsable y «otro estilo de vida más sano en términos ecológicos, de salud personal y solidaridad» y educar contra la xenofobia. Son algunos de los retos que se marca la cooperativa que gestiona la Botiga Solidaria, cuyos ingresos repercuten directamente en el pequeño productor. Una parte de la recolección sirve para abastecer a Cáritas y a diferentes comedores sociales, pero el colectivo necesita financiarse para continuar con su labor. El Ayuntamiento de Xàtiva ha colaborado en la cesión del espacio en el mercado municipal. Para Bou, la Botiga es el primer paso de otros muchos que faltan por dar. «Sin apenas medios hemos demostrado que se pueden cambiar las cosas si se ponen ganas y creatividad», incide. En el proyecto, enfocado en última instancia al diálogo interracial, intercultural e interreligioso, colaboran Cáritas y numerosos voluntarios, incluidos psicopedágogos, agricultores jubilados que aportan sus conocimientos y un economista.

Catedral de la Natura

Además de las 30 personas acogidas por AVSA „«no tenemos espacio para más», indica Bou„ el colectivo ofrece reuniones semanales para atender las necesidades de otra treintena de inmigrantes. En el proyecto se integra la Catedral de la Natura, un espacio de formación y trabajo gestionado por el sacerdote Jesús Belda en una pinada de diez hectáreas ubicada a las afueras de Vallada.

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