Les tengo que advertir que estoy de vacaciones, por lo tanto algo desconectado, no del todo, de lo que acontece en el Club Deportivo Olímpic. Salvo la presentación de dos nuevos jugadores para la próxima temporada, tras la asamblea, silencio administrativo. Eso es lo que más me llama la atención tras una semana en la calle, hablando cuando con ellos me encuentro, con algunos aficionados. Su pregunta habitual es: ¿sabes algo? Les contento que lo mismo que ellos, o sea, que de momento, los fichajes presentados se pueden contar con una mano.
Lo que he leído con interés es la carta de despedida a los aficionados que nos ha dejado Raúl Garrido. Era la principal opción del club. Ha sido finalmente decisión del entrenador. Garrido no cumplió el objetivo marcado de la permanencia. Es cierto que no ha sido él quien ha descendido al equipo, pero no consiguió quedarse en segunda B. Si el club no hubiera querido plantearle la continuidad estaría en su derecho y hubiera sido entendible y lógico. Pero ha apostado por él, y la respuesta ha sido que no. Supongo que ha supuesto un contratiempo para el director deportivo. Pidió dos semanas para reflexionar pero han sido más. Para decir no al final bien podría haber lo dicho antes. Me gustaba Garrido, sobre todo porque pienso que querría resarcirse deportivamente. Su decisión confirma lo escrito muchas veces: la tercera no es la segunda B, y entrenar y jugar en tercera no es lo mismo que hacerlo en la categoría de bronce.
El calendario de amistosos de pretemporada se ha está completando, nos acercamos al ecuador de julio y en diez días nos quedará un mes para el primer partido de liga, y, espero un acelerón porque en julio se espera renovar y conseguir nuevas altas de aficionados, pilar básico de este nuevo proyecto. Sigo unos días más de vacaciones y, como hasta ahora, voy a seguir esperando esos jugadores que intentarán la próxima temporada intentar devolvernos a una categoría que ya añoro.
