Ontinyent sellará y recuperará ambientalmente la zona del vertedero de la Clariana. El ayuntamiento y la empresa han acordado las acciones para cerrar definitivamente la instalación de residuos inertes que fue clausurada por el consistorio en 2013. El cierre hace tres años motivó una cadena de juicios y pleitos entre el ayuntamiento y la empresa, Girsa, que se resolvió el pasado mes de febrero con una sentencia que avalaba la clausura provisional ejecutada por el anterior gobierno. Ahora, las tres partes implicadas „Girsa está participada también por la Diputació de València„, han conveniado sellar el vertedero y regenerar la zona. La empresa ha solicitado la licencia de obras para iniciar las actuaciones, una licencia que ya tramita el ejecutivo que preside Jorge Rodríguez.
El acuerdo alcanzado establece que la empresa tiene un plazo de entre 6 y 8 meses para proceder al sellado de la instalación. Un sellado que consistirá primero en rellenar con áridos la zona del vertedero, hasta alcanzar las cotas necesarias para que el terreno quede nivelado. Después se colocarán unas impermeabilizaciones naturales respetuosas con el medio ambiente y se realizará una canalización para la expulsión de gases en unas chimeneas, según consta en el informe técnico municipal al que ha tenido acceso este diario. Por último, la actuación contempla el acondicionamiento de la zona con la colocación de tierra fértil y la plantación de plantas autóctonas para recuperar ambientalmente el espacio.
Con la tramitación de la licencia de obras en marcha, la previsión es que este 2016 comiencen las obras para sellar el vertedero de residuos inertes y que a mediados del 2017 puedan estar finalizadas. El convenio entre Girsa y el Ayuntamiento de Ontinyent también fija que la empresa asumirá, durante un periodo de 30 años, la revisión y el seguimiento correcto del sellado de la instalación.
El proceso del vertedero de Ontinyent comenzó en 2011 cuando a la empresa que gestiona la instalación Girsa „con participación público-privada„ se le agotó la licencia medioambiental. La empresa solicitó a la Conselleria de Medi Ambient una prórroga, que no le fue concedida, aunque la empresa siguió utilizando el vertedero. En 2012 la conselleria decretó el cierre, que no se hizo efectivo, y en septiembre de 2013 el ayuntamiento clausuró la instalación, por orden judicial. El gobierno bipartito de PSPV y Compromís precintó las instalaciones „con la difusión de la imagen de la Policía Local colocando la cinta que barraba el acceso al vertedero„, basándose en una «infracción muy grave», ya que carecía de la pertinente licencia. Los técnicos desconectaron la corriente eléctrica de la báscula de pesaje de camiones y precintaron la entrada del vertedero.
Esta clausura provocó la interposición de recursos judiciales de la empresa contra la decisión del ayuntamiento, que prolongó el proceso en los juzgados. A principios de este 2016, el Juzgado de lo contencioso administrativo número 1 de Valencia falló desestimando el recurso de Girsa contra el cierre preventivo y dando la razón al consistorio sobre la medida adoptada tres años antes.
Reunión con vecinos de la zona
La empresa y el ayuntamiento han estado manteniendo contactos desde hace meses para llegar a una solución pactada para el cierre del vertedero de residuos inertes situado en la zona de la Clariana, en el diseminado de la ciudad. Unas negociaciones que han llegado a buen puerto y han dado paso a un convenio entre las partes para proceder al sellado de la instalación y a la recuperación de la zona ocupada. Representantes de la empresa también se han reunido con los vecinos que residen en la zona para exponerles el proyecto y recoger sugerencias para el correcto sellado.
