l pasado viernes, día de la festividad de nuestra patrona, participé como representante del ayuntamiento en la procesión que recorre algunas de las calles más emblemáticas de Xàtiva. Con el paso ceremonioso y tranquilo pude comprobar la gran aberración en el carrer Sant Pere, una calle entrañable que ha quedado cubierta con una horrenda capa de asfalto que destroza su esencia más que centenaria. Una calle donde el pasado y el presente se unen y que no se ha respetado para el futuro. ¿Pensaron en cuidar la historia?

Siempre he escuchado a las generaciones anteriores decir que el carrer Sant Pere ha sido la calle más fresca de Xàtiva. Imagino que con esta capa de alquitrán se habrá conseguido aumentar la temperatura, además de propiciar la velocidad de motos y coches. Para más agravio, la chapucera obra ha destrozado los antiguos bordillos, además de que no ha tenido en cuenta la posibilidad de entradas de agua en algunas viviendas en caso de lluvias torrenciales al elevar el nivel de la calle. Imagino que el señor Lorente, teniente de alcalde y concejal responsable, habrá exigido responsabilidades a la empresa que ha realizado semejante estropicio, sumado al material sobrante abandonado junto a la carretera de Bixquert. Otro despropósito más. Ya que hablamos de responsabilidades, habremos de pedírselas también a él, al señor Lorente, concejal que no entiende de la protección del patrimonio histórico, por su permisividad y falta de supervisión del proyecto. He aquí otra más, de estos partidos populistas y de izquierdas a los que se les hace la boca agua hablando de defender y proteger nuestra identidad y nuestra memoria, pero en cuanto pueden, lo destrozan todo. La historia nos ha demostrado repetidamente que los partidos de izquierda son unos verdaderos profesionales en malgastar el dinero público con intereses propagandísticos y demagógicos pero, como gestores, son un verdadero desastre. Si esto lo hubiera hecho el anterior equipo de gobierno, estos nuevos demócratas habrían movilizado a su gente y se habrían lanzado como locos a protestar, que por cierto, de eso saben mucho. Pero como lo han hecho ellos? está bien.

¿Hay que pedirles responsabilidades? ¡Por supuesto que sí! Yo desde aquí le digo: Dimita, señor Lorente. Hágale un favor a esta ciudad. Xàtiva se merece algo mejor y no alguien tan incompetente que, con cada decisión que toma (como el famoso pilón de la calle Ángel o el derroche económico de un ineficaz carril bici), no hace sino enfrentar a la gente, a sus propios vecinos y a sus propios compañeros del tripartito, empujado a sus ideas caprichosas. ¡Váyase, por Dios! Bueno, hablemos con propiedad: ¡Váyase, por Marx, señor Lorente!