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La esencia de Xàtiva es la Fira

El alcalde, Roger Cerdà, proclama a Alexia Úbeda y da por inaugurada la feria ante un recinto en el que destacó negativamente el bajón de asistencia Un montaje de la historia de la ciudad puso el colofón

La esencia de Xàtiva es la Fira

Siendo generosos en la apreciación, en la Murta hubo el domingo por la noche tres cuartos de entrada. La inauguración de la Fira d'Agost de 2015 (Botifarra) fue un espectáculo tan llamativo para un público de varias generaciones que todo lo que viniera después se iba a quedar corto. Y así fue. Entre otras cosas porque del espectáculo de anteanoche se desconocía casi todo. Y es que la Murta es un exceso que quizá cabe replantearse ya. Por otro lado, un escenario enano no ayuda a dar esplendor a un montaje. Y esta vez se utilizó una tarima excepcionalmente baja que no era la de los conciertos, retirada hacia atrás y oculta. En lo protocolario, la presentación de Alexia Ubeda fue de corte muy sencillo. Estuvo precedida de audiovisual en el que se hizo lectura del otorgamiento de rey Jaime I para celebrar feria.

Maestro de ceremonias con más tablas que superen a Arcadio Pascual debe haber muy pocos. El locutor de Xàtiva estuvo ocurrente y cumplió su cometido a la perfección, desgranando unas cuantas anécdotas feriales muy de los ochenta que seguro que compartían en la memoria gran parte de los espectadores. Acertado.

En su discurso, Alexia evocó «esa ilusión que desde niños nos llena el corazón. La que hace que todos los niños y niñas de Xàtiva suban a los caballitos e imaginen que son princesas o jinetes; montar en los cochecitos y creerse los pilotos más rápidos de este mundo, sentir esa adrenalina al subir al tren del terror con el que algunos pueden tener pesadillas por las noches, aunque al día siguiente quieran volver a subir; participar en el concurso de pintura y ver los teatros infantiles que recordarán siempre, como yo todavía recuerdo a Peneque y su pegadiza canción», dijo. La reina afirmó sentirse muy atraída siempre por la Fira, «pero este año va a superar cualquier de las vividas. Esta noche se cumple un sueño, el sueño de una niña que veía a todas las reinas y soñaba con ser algún día como ellas. Por fin esta ilusión se ha convertido en una realidad».

El alcalde, Roger Cerdà, aseguró en su parlamento que «la razón por la cual un acontecimiento ha pervivido durante 766 años, no es otra que el aprecio de los vecinos y vecinas por su fiesta, por su tradición. Este aprecio —abundó— es el que nos ayuda y anima a hacer cada año más y mejor Fira. Porque la Fira forma parte de la identidad de los setabenses. La Fira —dijo— está viva, crece y evoluciona, gracias a los miles de xativins y xativines que han dedicado su esfuerzo a hacer más grande esta querida fiesta [?] Una Fira tan importante como la de Xàtiva, con más de 100 actos en una semana, requiere un gran esfuerzo de trabajo que hemos ido desarrollando a lo largo del año. Y desde el primer momento lo hemos hecho pensando en toda la ciudadanía. Estamos consiguiendo que la Fira —destacó— sea de todas y de todos. Que cualquier persona de Xàtiva o de los pueblos vecinos, mayor o joven, tenga un espacio donde encontrarse a gusto, un espectáculo programado para ella y que todo el mundo tenga oportunidad de disfrutar», agregó el primer edil en su discurso inaugural.

Sin tenientes de alcalde de EU

Subieron al escenario a imponer las insignias a la reina, las damas y sus acompañantes el acalde y cuatro tenientes de alcalde: pero no por orden, ya que les hubiera correspondido hacerlo a los ediles de Esquerra Unida Cesca Chapí y Miquel Lorente, que estaban en la Murta. Subieron, además del alcalde, Cristina Suñer, Ignacio Reig, Xelo Angulo y Jordi Estellés.

El espectáculo Xàtiva en essència puso el fin de fiesta. Reunía a colectivos como la coral joven del Micalet, la Colla la Socarrà o la academia Rytmus. Las proyecciones sobre cuatro paneles y la tapa de un piano vertical más la voz en off del actor Elies Barberà guiaban una especie de recorrido épico por la historia de la ciudad. La grabación vocal y la percusión permanente se solapaban, haciendo ininteligible el texto. En un sorprendente giro final, irrumpieron en la Murta los nanos del Corpus y una de sus dansetes, els Cavallets.

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