Una Rosario Flores entregada levantó anoche el telón de los conciertos de la Fira d´Agost por todo lo alto. La artista desplegó la magia de su «quejío» con una explosiva puesta en escena que fue un derroche de «duende» y pasión de principio a fin. La cantante y compositora, cuya popularidad se ha visto relanzada en los últimos años por su participación como «coach» en el televisivo programa La Voz, trazó un repaso a sus 21 años de trayectoria musical ante un público que abarrató hasta las gradas del campo de fútbol La Murta y coreó sus canciones: una fusión de pop, blues, rumba, soul y bossa nova mezclada con esencia latina y flamenca.

Rosario, que carga con más de una treintena de discos de platino y oro a sus espaldas, aterrizó en Xàtiva en el marco de su Gira 2016. La artista repasó los temas de su último trabajo de estudio, pero no dejó fuera del repertorio ninguno de sus éxitos más populares.