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Y la Dipu sonó por fin en Ontinyent

Bajo una casi luna llena y una temperatura que arañaba los 30 grados, tras una jornada record entre los termómetros valencianos, ya que se habían alcanzado los 41 grados, el estadio el Clariano acogía por primera vez una fase una fase final de Sona la Dipu en Ontinyent, la novena. Al inicio el calor ambiental contrastaba con la gélida asistencia inaugural de público. De hecho cuando los tres grupos concursantes, La Hora del Té, Lígula y Tardor salieron al majestuoso escenario, de forma sucesiva y por espacio de unos 20 minutos de actuación cada uno, sobre la terminal hierba artificial del estadio apenas había unas doscientas personas, mayoritariamente veinteañeras.

La diferencia más apreciable entre los tres semifinalistas fue que mientras La Hora del Té y Lígula cantaron sus canciones en inglés „una anomalía kafkiana que desacredita a muchos noveles„ los de Tardor cantaban en valenciano. Con todo y como bien comentaba un veterano miembro del jurado, una nota común entre la mayoría de estos grupos es su mimetismo. O sea la falta de originalidad, creatividad e innovación musical, se aborde rock, pop o folk, al dedicarse a repetir formulas trilladas hasta la saciedad. Lo mejor la calidad del equipo de sonido.

La sorpresa de Izal. Los madrileños Izal sorprendieron con su alto nivel escénico, y por ende avalaron el sambenito de ser el plato fuerte de la semifinal del Clariano. Y lo demostraron no solo con un sonido en directo impecable, a la altura de nombres con los que se pueden codear como: Franz Ferdinand, Amaral, Vampire Weekend, Editors, Travis, Belle & Sebastian y otros habituales en festivales como el FIB o el Low de Benidorm, sino también por sus cuatro discos editados, desde que en 2010, cuando irrumpieron en la escena madrileña: Teletransporte (2010), Magia y efectos especiales (2012), Agujeros de gusano (2013) y Copacabana (2015). Precisamente el prólogo de Copacabana les serviría para abrir su potente y, en ocasiones, coreado concierto. El lado valenciano de Izal, según su cantante, proviene de su contundente batería, Alejandro Jordá, de quien hace un lustro, dijo, andaba precisamente concursando en Sona la Dipu.

En Ontinyent la Dipu sonó cara. Que Jorge Rodríguez no es Alfonso Rus, solo hay que mirar el precio de la taquilla. Mientras el de Xàtiva practicaba el recurrente «això ho pague jo» de Xavi Castillo mediante el gratis total que anualmente programaba en su Fira, el batle de Ontinyent y presidente de la Diputación ponía un precio de 20 euros (on line) o 25 en taquilla. Claro que maquillaba dicho precio si se adquiría un bono, por 30 euros, para asistir también al concierto de Amaral. Lo que suponía un «ahorro del 25%» para aquellos que fueran a los dos conciertos. Con todo, lo que se advierte es una disparidad injustificada de las entradas en los conciertos de Sona la dipu dependiendo la tarifa del municipio donde se celebre, independientemente del caché o tarifa del nombre invitado. Así tenemos que en las semifinales celebradas en Xirivella y Alzira respectivamente: en la primera, el mayo pasado actuó como cabeza de cartel el asturiano Melendi, y según ha informó el propio ayuntamiento «si compras las entradas y vives en la misma localidad, tendrás un descuento especial en el precio. Pero si no vives en Xirivella, puedes comprar tus entradas a partir de 25 euros». En Alzira, en las fiestas de Sant Bernat, Sona la Dipu contó con Fangoria, fue el día 23 de julio, a 5 euros la entrada. En L'Eliana, con Miss Cafeína y Love Of Lesbian como invitados, las entradas para Sona La Dipu tienen un coste de 15 euros (público general) y para los residentes en L'Eliana diez. En Utiel, para el próximo 8 de septiembre, donde actuarán Candela Roots, Moonflower y Nanga Parbat, y que contará con la actuación estelar de Malú como artista invitada, el acceso será gratis mediante invitación. Finalmente Gandia acogerá la presentación de los ganadores el 30 de septiembre con La Raíz. Las entradas no superaran los 10 euros, según el consistorio.

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