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«Mi única preocupación es gastar mi vida en favor de los más pobres y necesitados»

«Mi única preocupación es gastar mi vida en favor de los más pobres y necesitados» patricio simó

Rosario, nacida en Fontanars hace 78 años , pertenece a la congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, cuyo fundador es el religioso Luis Amigó Ferrer, obispo capuchino. La congregación está presente en más de 30 países. Pasa unos días en su pueblo natal.

¿Cómo surgió su vocación misionera; cómo reaccionaron sus padres al conocer la noticia?

Cuando descubrí que la vida es un don y que la tenía que gastar en favor de los más pobres y necesitados. Mi familia se opuso, pero cuando descubrieron que mi felicidad no estaba en el matrimonio, me dejaron y entonces mi felicidad fue completa.

¿En qué países ha estado?

Estuve en Suiza ayudando a los emigrantes españoles en una guardería en la que cuidábamos de sus hijos de 3 meses a 6 años. En Italia he estado también en una escuela infantil enseñándoles y educando a los niños. He estado también en Centro África ocho años. En Benín, África, he trabajado 18 años. Ahora estoy en Guinea Ecuatorial, llevo dos años.

Durante la epidemia de ébola varios misioneros murieron tras contagiarse del virus. ¿En algún momento pensó que la próxima podría ser usted?

Me sentía muy serena, siempre pensaba: la vida es un don que Dios me ha dado, si me la pide ayudando a los demás seré feliz.

Las noticias que nos llegan de algunos países africanos, donde secuestran y asesinan a misioneros son terribles. ¿Cuántas veces ha temido realmente por su vida?

En Centro África. Hubo una gran revuelta y nos amenazaron, preparamos la mochila y nos dispusimos para huir. A la madrugada, nos avisaron que había sido una falsa alarma y los militares se habían marchado.

¿Cuál ha sido la situación más dura y difícil a la que se ha tenido que enfrentar?

En Centro África experimente momentos muy duros en los ocho años que estuve allí, les enseñamos a cultivar la tierra, a preparar a jóvenes en pedagogía para que llegaran a ser maestros y en los 30 pueblos que había en la zona, los niños pudieron ir por primera vez a la escuela. También preparamos como matrona a una mujer de cada poblado. Recibieron la formación y gracias a la higiene y conocimiento, cesó la mortalidad de muchos niños. Se hizo una farmacia, la gente se organizó para hacer los ladrillos y construir el local, entre tanto, un muchacho se preparó para ser farmacéutico y vendía los medicamentos a bajo precio y la gente se curaba de sus enfermedades.

Y después de todo ello...

Pues no habíamos terminado el trabajo de la promoción de la mujer, cuando nos llama la Hermana General para que dejáramos la misión de Centro África e irnos a Benín. Esto sí que fue duro de verdad para mí y mis compañeras porque aún faltaba mucho por hacer en favor de los más pobres y necesitados.

¿Cómo valora la figura del Papa Francisco?

Es un hombre de Dios lleno de misericordia hacia los que sufren, los pobres y los emigrantes.

Cuando llega a España y ve el nivel de vida del que disfrutamos. ¿Qué le viene a la cabeza?

Que se despilfarra mucho mientras muchos pasan hambre.

¿Cómo es ahora la situación en Guinea Ecuatorial?

Políticamente, calmada. Desde el punto de vista social, todavía existen grandes diferencias entre ricos y pobres. El número de pobres es muy elevado.

¿Qué necesidades más urgentes tiene la población civil?

a formación integral de los jóvenes, porque son el fututo del mañana y la falta de puestos de trabajo. La educación pública deja mucho que desear y tenemos una lista de espera enorme de chicas para recibir formación en nuestro centro.

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