Agullent se viste de gala esta noche para celebrar La Nit de les Fogueretes, uno de los actos más representativos del municipio. Este evento tan fascinante es, nada más y nada menos que una de las romerías nocturnas más antiguas a nivel autonómico, destacan. Desde 2010, esta celebración goza de un mayor prestigio, ya que la Conselleria de Turisme elevó el acto a Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana.

Esta tradición tiene más de 400 años y se ha celebrado ininterrumpidamente desde allá por el año 1600, momento en el que Sant Vicent Ferrer intervino para poner fin a la epidemia de peste bubónica que padecía la localidad por aquellos tiempos, según la tradición. Desde aquel momento, una vez al año, el primer viernes de septiembre, todos los vecinos, fieles y feligreses de Agullent suben desde la plaza Major hasta la ermita de Sant Vicent Ferrer, alumbrados con farolillos artesanos y antorchas hechas con esparto, conocidas localmente como falles. Una vez se ha llegado al santuario, los asistentes entonan unas coblas que rememoran las hazañas del santo. Después, toca esperar armoniosamente en la ermita para untarse con una recreación del aceite milagroso que usó San Vicent Ferrer para acabar con los males que afligían a los vecinos.

La Nit de les Fogueretes se ha convertido con el paso del tiempo en un excelente testimonio del patrimonio festivo de la Comunidad Valenciana. Este acto de peregrinaje da como resultado un espectáculo de música, fuego, naturaleza, devoción y espíritu festivo. Es un acto tan singular estéticamente que se ha plasmado en el mundo de la música, de la poesía o de la pintura. Esta vez volverán, por segundo año consecutivo, las fallas. A estos trozos de esparto cosidos con agujas de saco se les prende fuego y se les hace rodar, creando así unos llamativos círculos de fuego y luz. Debido a la disminución de almazaras que utilizasen esparto y a las normativas de prevención de incendios, se decidió eliminar su uso, por lo que este elemento local tan característico de la celebración desapareció hace más de una década. No obstante, la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Agullent, con la colaboración de los Festeros del Cristo, promovió varios talleres que explicaban la manera de confeccionar este instrumento con la intención de que las nuevas generaciones se impregnaran de las tradiciones más ancestrales de la localidad.

Debido a que las antorchas y las fallas constituyen elementos peligrosos, sólo se permite su presencia en el recorrido que va desde la plaza Major hasta la explanada de la Font. Sin embargo, los farolillos cogerán el relevo y se encargarán de iluminar el resto del trayecto hasta la ermita en la que se venera la imagen de Sant Vicent Ferrer. Desde el ayuntamiento organizaron varios talleres para enseñar a los niños de infantil y primaria a crear sus propios farolillos llenos de luz y color. Tradicionalmente estos farolillos se han hecho con corteza de melón y atados a una caña. Uno de los signos de transición entre la niñez y la juventud era dejar de llevar el farolillo y tomar una de las peligrosas fallas, haciéndola rodar sin temor.

Con este emotivo acto, Agullent se sumerge en los días centrales de sus fiestas patronales. Las fiestas incluyen actos de un alto valor etnológico y cultural, como la centenaria Dansada en la Plaça Major, o la procesión en honor al santísimo Cristo de la Salud. Además, las fiestas también incluyen una extensa programación infantil y de orquestas musicales.