Los usuarios del aparcamiento público subterráneo situado en la plaza de la Bassa de Xàtiva se han encontrado esta semana con un inesperado mensaje en el limpiaparabrisas de sus vehículos. No es un folleto publicitario ni tampoco una multa. En el documento, la administración concursal encargada de la liquidación del grupo Llanera, SL informa a los clientes del servicio de que la empresa va a proceder de manera inmediata y definitiva al cese de la explotación del aparcamiento público.
La medida ha sido autorizada por el juzgado de lo mercantil nº2 de Valencia en el marco del concurso de acreedores de la sociedad. Los liquidadores advierten de que, a partir del 29 de septiembre, la firma no se hará responsables de la apertura y funcionamiento del parking, por lo que instan a los 70 usuarios que disponen de una plaza en propiedad en las instalaciones a retirar sus vehículos antes de las 23.59 horas del día anterior.
La misiva puntualiza que aquellos clientes que tengan contratado un abono de aparcamiento en vigor obtendrán la devolución de la fianza entregada en su día, así como la parte proporcional del precio del abono correspondiente al periodo que les resta por disfrutar de la concesión. Los liquidadores procederán al pago mediante una transferencia bancaria en el número de cuenta designado por cada abonado.
La comunicación termina emplazando a los afectados a que acudan al Ayuntamiento de Xàtiva en caso de «requerir información sobre el posible funcionamiento del aparcamiento público y sus nuevas condiciones de uso», como administración responsable del servicio público al que está afecto el parking.
Dicho y hecho. En los dos últimos días, diversos usuarios han recalado en las dependencias municipales en busca de respuestas, papel en mano e invadidos por un sentimiento de incredulidad derivado de la incertidumbre de no saber si continuarán manteniendo la plaza de aparcamiento que tienen contratada en la Bassa. Ayer, los concejales de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Xàtiva, Ignacio Reig y Miquel Lorente, mantuvieron una reunión de urgencia con el director del área de Fomento para abordar la problemática.
Preguntado por Levante-EMV, Reig tranquiliza a los usuarios y garantiza que el parking continuará abierto a partir del 29 de septiembre. El consistorio tiene intención de asumir el mantenimiento de la luz y el teléfono y planea encargar a otra empresa la explotación mediante un contrato de servicios con una duración aproximada de medio año. El margen de tiempo, sin embargo, es muy reducido. En la junta de gobierno del próximo viernes podría iniciarse el procedimiento de contratación, al que serán invitadas diversas empresas. Con posterioridad, se iniciará un concurso para adjudicar el servicio a más largo plazo.
Mantener a los dos trabajadores
El concejal de Servicios asegura que el ayuntamiento va a intentar mantener a los dos empleados del subterráneo vinculados a Llanera cuyo puesto de trabajo peligra tras la liquidación de la concesión. Ambos se encargan de atender a los clientes y de la limpieza de las instalaciones. La corporación aún ha de solucionar algunos flecos nada baladíes al margen de la dificultad que entraña formalizar un contrato de servicios exprés, como la manera de articular el pago de las plazas de aparcamiento por parte de los usuarios. Otra incógnita es qué pasará con la hipoteca bancaria que arrastra la concesión, valorada en 1,2 millones de euros e incluida entre los activos subastados por los liquidadores de Llanera en 2013.
El parking de la Bassa abrió sus puertas en 2006 rodeado de polémica porque el equipo de gobierno de Alfonso Rus permitió al constructor „la propia Llanera„ edificar una planta más de la inicialmente aprobada en el pliego. La oposición acusó al ejecutivo de vulnerar la ley de contratos y de trato favor a la empresa. La infraestructura, que alberga 122 plazas de estacionamiento alojadas en tres plantas en rotación, es muy reivindicada por los comerciantes y empresarios. La patronal Adexa incluso mostró su interés recientemente por explotarla dada la incertidumbre existente, aunque está posibilidad se antoja remota.
