Malos augurios planean sobre la campaña de la aceituna de este año. El secretario de La Unió de Llauradors en la Costera, Julián Úbeda, vaticina un 85% menos de producción de la habitual en los olivos de la comarca, en gran medida como consecuencia de la sequía y las altas temperaturas. «No hay apenas cosecha, y la poca que hay no sabemos si se puede recoger, porque es todo hueso», observa el oleicultor.
Si la campaña anterior se cerró en la Costera con una extraordinaria cosecha de 10 millones de aceitunas, la cifra podría desplomarse hasta los 1,5 millones en este otoño-invierno, según los calculos que maneja la entidad.
Y ello a pesar del incremento sustancial de las horas de riego por goteo. «Antes solo se daba agua al olivo en julio y agosto. Ahora nos pasamos todo el año regando y al final la producción es la misma», lamenta Úbeda, que se muestra pesimista. «Si no llueve, se van a secar los árboles y el coste del agua terminará siendo inasumible», apostilla. El mismo camino siguen otros cultivos. La cosecha del almendro y de la uva también se ha desplomado por la falta de agua, aunque la calidad de la vid no se vea alterada. La Unió stá preparando un informe para recopilar las consecuencias de una sequía cuyo final no se atisba.
