Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un gobierno sin oposición

Con la dimisión del único concejal y portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Ontinyent, por «motivos personales y de índole laboral», tras poco más de quince meses desde que asumió el cargo, y en cuyo haber apenas si deja amables palabras para con todos, el consistorio se enfrenta a la paradoja de ver como en este corto periodo de tiempo los partidos de oposición han cambiado al cabeza, dos en el caso del PP. Es decir 5 de los 6 concejales que fueron elegidos el 24M por PP, Compromís y C's ya han abandonado su cargo. Mientras los 14 socialistas, con Rodríguez al frente, continúan en sus puestos y unidos como una piña. Esta extraña y anómala situación tiene sus pros y sus contras. Ya es grave que las pocas críticas o discrepancias que le llegan al gobierno municipal, procedan de alguna asociación vecinal y muy poco más. Mientras los debates permanecen ausentes.

En el ejercicio de su tarea de gobierno advertimos que se sigue abusando de las convocatorias de rueda de prensa —hasta cuatro, el pasado jueves—, lo que denota un exceso de política de escaparate. En cambio, y de forma perpleja, el miércoles se hacía una convocatoria solo para «medios gráficos» para el acto en el Centre Cultural Caixa Ontinyent. Máxime cuando en un asunto como el propiciado por el gobierno municipal de «Ontinyent marca el camí», en el que iniciaban una tanda de reuniones esta vez con una veintena de representantes empresariales, los periodistas no ahormados, se supone, habrían tenido alguna pregunta que hacer, tanto acerca de las ayudas y ventajas que ofrece el gobierno de Rodríguez, como de la propuestas formuladas por el empresariado. Así, vemos como la nota municipal no recoge la propuesta de reforma del polígono industrial, con una subvención del 50% al empresariado, y lo que conlleva.

Con lo antedicho no se trata de desmerecer la loable actitud del gobierno ontinyentí, en pro de la lucha contra el paro o en dinamizar la economía local. Pero sí espanta que Jorge Rodríguez dilapide su tiempo en excesivas exposiciones públicas, aprovechando el eco de redoble que tiene su condición de alcalde y presidente de la diputación. Lo que a la postre puede devenir en rutinario y cansino y, lo que es peor, que se excede en brindis al sol con tanta sobreexposición.

Acierto a ritmo de dolçaina. El convenio que rubricaban en representación del ayuntamiento y de la Colla, Jorge Rodríguez y Juanjo Barber, de cara al I Certamen per a Gran Colla de Dolçaines i Percussió, que se celebrará el próximo 22 de octubre en el teatro Echegaray, es una buena noticia. Tanto por lo que representa la apuesta por ayudar a sostener la presencia de un instrumento autóctono como la dolçaina, como de reconocimiento por la labor divulgativa que durante 25 años ha venido ejerciendo la Colla.

Espinas olímpicas. Tras el popular homenaje que el gobierno ontinyentí le rindió al atleta de origen cubano Orlando Ortega, por su medalla de plata en las Olimpiadas de Brasil, se ha abierto un debate, «comprar atletas excubanos» en los que se realiza una crítica a las nacionalizaciones exprés de deportistas ya formados de Cuba, cuando en otros casos la gestión puede llevar años.

Compartir el artículo

stats