El inicio de las obras de peatonalización de la plaza del Mercat de Xàtiva ha despertado la inquietud entre los comercios. La actuación contempla transformar el enclave, en pleno corazón del casco antiguo, en un espacio diáfano y libre de coches para fomentar su uso recreativo y turístico. Los vehículos, que se habían adueñado de forma anárquica de la plaza, serán reemplazados por arbolado, bolardos retráctiles y mobiliario urbano integrado con el entorno.
Una vez culminada esta «sencilla» intervención „que podría durar dos semanas„ ningún coche podrá atravesar el Mercat. El tráfico procedente de la calle Noguera tendrá que descender por Vallés y el que sale de la calle Pi deberá circular por Matilde Ridocci. En estos puntos de acceso se habilitarán dos espacios de carga y descarga de mercancía en horario regulado para atender a las «necesidades diarias» de los vecinos y comerciantes. Ahora bien, estas paradas no podrán superar los 10 minutos de duración.
La supresión del aparcamiento en la plaza aviva entre los comerciantes el temor a una posible fuga de clientes. La propietaria de la verdulería Seli abordó ayer al alcalde, Roger Cerdà, durante una visita a las obras, para exponerle sus preocupaciones. «Si los clientes tienen problemas para aparcar, se irán a otras zonas comerciales. Esto es la muerte para las tiendas de la plaza», pronostica.
Este diario tomó ayer el pulso de seis establecimientos del enclave y todos se mostraron disconformes a la intervención y críticos con la falta de diálogo previo. «Nadie nos ha preguntado qué nos parece. Para prohibir los toros en la plaza hicieron una consulta. ¿Por qué para esto no?», observa Marisa Pla, dueña del horno de la calle Noguera, quien considera que la medida solo beneficia a los pubs del Mercat. «Si cierran la plaza, me hacen un desgraciado. Si me quedara poco para jubilarme, me jubilaba», mantiene el propietario de la droguería La Purísima, que focaliza su negocio en la venta de pintura. «¿Quién va a venir a cargar si no tiene sitio para aparcar? Esto se va a vaciar de comercios», añade.
«No nos han tenido en cuenta para tomar esta decisión- La gente va a dejar de subir a la plaza y se irán a las grandes zonas comerciales», vaticina José Luis, que posee un estanco en la plaza cuya ubicación ahora incluso planea trasladar, añade a continuación.
El equipo de gobierno no va a dar marcha atrás. La actuación es un compromiso electoral que reivindican insistentemente colectivos como Iniciativa pel Centre Històric. «Entendemos la preocupación de los comercios por lo que supone el cambio, pero el objetivo es mejorar la imagen de la plaza» y potenciarla como zona recreativa para todas las edades, no solo los fines de semana, sino «todos los días», remarca el regidor de Casco Antiguo, Jordi Estellés.
El edil incide en la creación de nuevas plazas de aparcamiento en seis puntos del casco antiguo para suplir las que se suprimen en el Mercat. A las habilitadas en las calles Vallés y Caldereria se suma una inminente inversión de 20.000 euros para acondicionar otros dos solares destinados al mismo fin frente a Sant Agustí y en la calle Sant Vicent. Fuentes municipales subrayan las reuniones mantenidas con las asociaciones de comerciantes „Xacex y Adexa„ para lograr un consenso en torno al proyecto, hasta el punto de que las obras se han retrasado durante meses para garantizar alternativas de parking demandadas por los vendedores.
El proyecto de peatonalización original de la plaza parte de la anterior legislatura, aunque el ejecutivo del PP terminó aparcándolo por el rechazo de los comercios.
