El colegio Infanta Elena del Ràfol de Salem ha iniciado el curso con la puesta en marcha de un comedor escolar, un servicio que venían demandando los padres desde hace años y del que se ha hecho cargo, en parte, el ayuntamiento del municipio. El consistorio ha destinado 14.000 euros a sufragar las obras de acondicionamiento del aula habilitada para servir la comida y el cuidado de los menores inscritos. En total, se beneficiarán este año un total de 25 alumnos de los 49 que hay matriculados en el centro.
El concejal de Educación, Gustavo Hernández, ha calificado de «relevante» que la mitad de los alumnos disfrute del servicio y remarca que «evidencia la necesidad de los padres de contar con este servicio». Hernández también ha puesto de manifesto que «no ha sido un trabajo fácil, ya que el colegio, a través del AMPA, no tenía los recursos económicos suficientes para llevar a cabo su acondicionamiento y la aprobación de las administraciones superiores ha requerido de muchos esfuerzos y trámites». El edil ha remarcado la «voluntad» del consistorio de asumir las obras y atender «una necesidad social». «Desde el ayuntamiento tenemos claro que debemos involucrarnos al máximo y apoyar a todos los colectivos; en este caso a las familias». Hernández ha sostenido que «los comedores escolares son un servicio complementario de gran utilidad a padres para ayudarles a conciliar la vida laboral y familiar», por lo que «dentro de nuestras competencias, debemos contribuir a facilitar su puesta en marcha y mantenimiento», concluyó.
