Trasteros y piscinas no declaradas a Hacienda, locales inscritos como almacenes que funcionan como bares, hipermercados que se hacen pasar por naves y solares industriales que ocultan gasolineras de nueva construcción. Las inspecciones desplegadas por la Dirección General de Catastro en el último año han aflorado más de 1.200 inmuebles que no tributaban o tributaban por debajo de su valor real en Xàtiva.
La capital de la Costera ha estado bajo la lupa del Ministerio de Hacienda en 2015 y 2016, en el marco del programa de detección de irregularidades iniciado para localizar edificios o reformas urbanísticas que hasta ahora se libraban de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
Más de 200 poblaciones de la Comunitat Valenciana han sido examinadas por Catastro durante los cuatro últimos años a través de fotografías áreas y controles sobre el terreno con el apoyo de empresas especializadas. Junto a las construcciones ilegales „como la adecuación de una casa de aperos a segunda residencia de verano„ también se han localizado obras que revalorizan viviendas „como la edificación de piscinas o porches„o ampliaciones no declaradas. Una vez detectadas estas anomalías, el propietario afectado recibe una notificación en su casa y tiene un plazo de dos semanas para presentar alegaciones. El proceso se encuentra ahora en la fase de resolver estos recursos.
Si finalmente se confirma la penalización, el responsable ha de hacer frente a una tasa de 60 euros por cada construcción regularizada, además de sufragar el IBI correspondiente a los 4 últimos años en los que el inmueble ha permanecido oculto a ojos de Catastro: el plazo estipulado antes de que la infracción prescriba. Según los cálculos que maneja el área municipal de Hacienda, todo ello supondrá unos ingresos extra para el Ayuntamiento de Xàtiva de 205.000 euros en 2017. Los beneficios para las arcas municipales pueden alcanzar los 600.000 euros en cuatro años si se suman los pagos atrasados desde 2012. El concejal del área, Ignacio Reig, puso estas cifras sobre la mesa durante el último pleno municipal celebrado el sábado para señalar que esta cantidad „junto a las nuevas altas catastrales habituales„ permitirá compensar los más de 100.000 euros anuales que el consistorio dejará de recaudar por la reversión a suelo rústico de los terrenos vinculados al PAI Cànyoles, que hasta ahora tributaban como urbanos. Cuando se descatalogue el suelo de todos los programas urbanísticos no desarrollados que arrastra la localidad de la época del ladrillo, la reducción de ingresos podría superar los 400.000 euros anuales.
Según la valoración provisional de 2016, en la base de datos de Catastro existen 27.433 inmuebles en Xàtiva con un valor catastral de 735 millones de euros. El importe es un 9% superior al de 2015.
El IBI por usos, a estudio
El pleno del sábado aprobó la propuesta de Compromís de abrir expediente y solicitar un informe técnico-económico para valorar la posibilidad de aplicar un IBI progresivo por usos que grave más a los inmuebles vinculados a negocios y comercios con una mayor valoración catastral. Según la portavoz de la coalición, Cristina Suñer, la medida afectaría a un 10% de bienes y permitirá incrementar la recaudación redefiniendo los tipos del IBI. «No se puede tratar igual a lo que no es», dijo. La moción se tramitó por vía de urgencia y el PP y C's votaron en contra tras quejarse de no haber tenido acceso a la documentación. Pese a ello, el consistorio contempla congelar la contribución en 2017. Todo el equipo de gobierno votó a favor de las ordenanzas fiscales que no incluyen de momento esta medida.
