Si ganas un partido ante un rival que te pone dificultades entonces lo disfrutas más. Un buen aficionado me indicó antes del partido ante el Almassora que se iba a ganar por 3-0. Estuvo cerca de acertar pero creo que cuando me dijo el resultado, atendiendo a eso de ser el líder, jugar contra un recién ascendido, de dejarse llevar por la euforia, estaba pensando en un partido más cómodo.
No fue nada fácil. El Almassora le puso más dificultades de las que esperábamos algunos. El partido acabó cayendo para los de casa y con un nuevo héroe para los aficionados: Marc Cosme. El jugador marcó la diferencia, fue el que provocó los «detalles» que deciden un partido igualado. Este año el Olímpic tiene un «nueve», algo que no ha sido fácil en muchas ocasiones.
Y del partido disfrutaron más aficionados. Y esa es la otra buena noticia. Se empezó, atendiendo a los datos que facilita el club, con 400 y el domingo fueron 650. Vamos creciendo y así debe ser. Y el número va aumentando por aquello que está transmitiendo el equipo. Se puede ganar y no convencer, ver que se gana únicamente por individualidades, que se gana aunque hay jugadores que no están en su sitio, que se gana aunque todavía hay carencias en el equipo, que se gana pese a que hay jugadores que no están a gusto en su posición. No es el caso, más bien, todo lo contrario. El factor grupo esta siendo determinante.
Tres partidos en ocho días, otro tramo decisivo de la liga. El primero de los rivales el Recambios Colón de Marcos Camacho en Sedaví. Mono de trabajo. Firmo ya el 0-1. Partido de reencuentros. En los entrenamiento, buen rollo y todos bien, incluso con ganas de celebrar cumpleaños.
