sistimos en los últimos años en la ciudad de Xàtiva a la programación de diversas actividades que bajo el nombre de rutas o visitas turísticas, y con carácter puntual, pretenden dotar a la ciudad de una oferta que ayude a la difusión y promoción de su valioso y magnífico legado histórico y monumental. Sin embargo, el planteamiento de estas actividades se realiza mayoritariamente desde una óptica más bien de actividad cultural destinada a los vecinos y no como una actuación de gestión de la oferta turística que debería ir dirigida fundamentalmente a los visitantes de Xàtiva, consolidándola con un carácter de permanencia: visita guiada básica todos los días por la mañana y por la tarde, y especialmente en fines de semana y festivos.
Evidentemente es interesante, desde un punto de vista estratégico, implicar a la ciudadanía en la importancia de la actividad turística como una de las vías de futuro para la ciudad, una de las pocas en la que sin duda puede competir con ciudades medias cercanas que ni de lejos conservan el importante conjunto monumental que tiene Xàtiva, entre los más destacados de toda la Comunitat Valenciana. Para ello están bien este tipo de visitas culturales que dan a conocer a los vecinos, que son quienes mayoritariamente se inscriben, la riqueza y la oferta turística de la ciudad, y se puede conseguir, con el tiempo y adecuadamente planificadas, que los propios setabenses se conciencien, defiendan y apuesten por el turismo como ha ocurrido en otros destinos que van muchos años por delante como es el caso de Morella. Pero estas visitas, que nadie discute que pueden fomentar un cierto tipo de turismo interno, no son visitas turísticas que ayuden a proyectar y desarrollar, de una vez por todas, el destino cultural de Xàtiva. Vender estas actividades como gestión turística revela que el foco de atención respecto de su implementación y programación se encuentra desviado y no es el adecuado desde un punto de vista del negocio turístico, aunque a las empresas y profesionales que las realizan les resulten, en un primer momento, más favorables y beneficiosas, y al gobierno municipal le pueda reportar beneficios en clave de satisfacción ciudadana. Más tarde o más temprano se alcanzará el techo y la saturación y los vecinos que ya hayan participado en estas visitas —sobre una población total de 29.000 habitantes— dejarán de hacerlo y de mostrar interés. Claro que es mucho más difícil asegurar que los visitantes de Xàtiva, un destino todavía virgen y con muchos aspectos que mejorar de su oferta, sobre todo en horarios y apertura de monumentos, se inscriban en visitas organizadas desde la oficina de turismo o internet pero de eso se trata cuando se habla de crear destino, y la mayoría de ciudades monumentales que hoy llenan y doblan sus visitas guiadas comenzaron por ahí, con mucha perseverancia, coordinación de los agentes implicados y promoción que hoy, gracias a universalidad de las redes sociales, puede ser un poco más fácil.
Sondear nuevas modalidades. Es interesante comenzar a sondear modalidades como el turismo accesible en la ciudad como se ha intentado en las actividades del reciente día mundial del turismo pero no hay que caer en el error de comenzar la casa por el tejado cuando la oferta básica de visitas turísticas organizadas presenta todavía demasiadas e importantes carencias que hay que ponerse primero a solucionar para seguir después con otros objetivos, tal y como han hecho los destinos turísticos maduros. Y este paso hacia delante en gestión turística implica también, al mismo tiempo, valorar y analizar las distintas actuaciones para extraer el máximo margen de mejora porque de poco sirve, por ejemplo elegir el domingo como día de visita a Xàtiva en los «València Summer and Winter Day» que habilita la Diputación Provincial de Valencia, si ese día el conjunto histórico está mayoritariamente cerrado, la ciudad casi desierta y las cifras de visitantes de este programa en la ciudad son desconocidas o poco significativas a tenor de las fotografías publicadas.
