¿Luz amarilla en el Olímpic?, no. Dos partidos sin marcar gol, tres partidos sin crear demasiadas ocasiones, dos empates consecutivos y que ya no somos líderes no es suficiente para preocuparnos. Este miércoles el equipo fue despedido con aplausos de los aficionados pese al empate reconociendo su trabajo y esfuerzo que no encontró su recompensa consiguiendo los tres puntos en juego. El rival, el Crevillent, no lo puso fácil y el árbitro, tampoco.
Partido de golpes y patadas, de simulaciones, de codos, de faltas y más faltas?ni es el primero así ni será el último. El Olímpic supo manejarse en esa situación.
Tengo claro que somos de la misma categoría que otros veinte equipos y que, con la gorra, con el presupuesto, con eso de descendido de segunda B, de favorito?no se ganan los partidos. También tengo claro que si bueno es nuestro técnico, los demás también lo son; que si el nuestro estudia a sus rivales, los demás también nos estudian a nosotros. No siempre los jugadores pueden estar brillantes en sus actuaciones.
Estoy tranquilo. Tal vez no estemos finos arriba pero atrás seguimos sin dar opciones al rival. Nos espera una liga apasionante, igualada. Transcurrido un cuarto de la misma los seis primeros del grupo, a día de hoy, son todos ellos candidatos al ascenso. Lo eran antes de empezar la competición, entraban en todas las quinielas. Hay quien, como nosotros, ha levantado un poco el pie del acelerador de los puntos; otros se han recuperado de un inicio de liga titubeante y han puesto la directa. Nosotros estamos ahí. Es un grupo, es ambicioso, tienen ganas y trabajar, trabajan mucho en cada partido. El domingo, nos toca el Paterna.
