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Matisos discordants

la defensa de la identidad turística de xàtiva

ace unos días se reunió el Consell de Turisme de la Comunitat Valenciana en la ciudad de Gandia. Como destino turístico de referencia del litoral valenciano, la elección del lugar está de sobra justificada, pero, en contra de lo que pudiera parecer, la celebración del Consell no fue en alguna instalación turística de su magnífica playa, sino en su centro histórico, concretamente en su impresionante Palau Ducal, que a poco que les dejen no tardarán en llamar Palau dels Borja, a pesar de que ni Alejandro VI, ni César, ni Lucrecia estuvieron alguna vez por allí.

Hubo un tiempo en que a las reuniones de ese Consell, el principal órgano participativo de consulta y asesoramiento de la administración turística valenciana, estaba convocado el anterior alcalde de Xàtiva, pero en su calidad de presidente de la Diputación Provincial de Valencia. Desgraciadamente, poco o nada se tradujo de aquella participación, en beneficio del turismo de la ciudad, en un foro turístico tan trascendental y decisorio en el ámbito autonómico, ya que tristemente los intereses eran otros más particulares y no se consideró nunca una prioridad reivindicar esta actividad para Xàtiva. En cualquier caso, sigue llamando la atención que el que sería un autentico destino de turismo cultural, el segundo conjunto histórico-artístico de la Comunitat Valenciana que más monumentos nacionales posee tras la ciudad de Valencia, no esté, aunque sea con carácter rotatorio, representado en el Consell de Turisme. Lamentablemente, una rápida mirada a la raquítica, escasa y subdesarrollada actividad turística local, a pesar del enorme potencial, daría argumentos para justificar esta ausencia frente a la presencia de otros municipios más activos y ya con una larga trayectoria y buen hacer.

Pero volviendo sobre la reunión en Gandia llamó la atención el reparto y la difusión de folletos turísticos del destino entre los asistentes venidos de Benidorm, Alicante, Castellón y Valencia. En ellos se podía leer por ejemplo las continuas referencias a todos los miembros de la familia Borja en los textos referidos a su centro histórico o una doble página dedicada al «arroz al horno al estilo de Gandia» en un apartado de gastronomía. Que un destino consolidado como Gandia complemente su ya rica oferta de turismo de sol y playa y gastronomía, sumando oferta de turismo cultural, incluso a costa de importantes señas de la identidad histórica y cultural de Xàtiva dice mucho de la dejación, apatía e inacción en el impulso de la gestión municipal turística durante muchos años y constata la falta de reivindicación de la sociedad setabense y sus agentes sociales, económicos y culturales respecto a una de las pocas opciones distintivas de futuro económico y laboral para sus habitantes.

Rumbo errático. Y es triste contemplar como la dinámica y la inercia negativa no se corrige, a pesar de que pueda existir voluntad para ello, porque de nuevo se ve lastrada por el desconocimiento y la no atención a criterios expertos. No se lee, por ejemplo, en la difusión de la información sobre los presupuestos municipales de 2017, una atención especial a la configuración de un producto turístico que permita evolucionar desde el actual conjunto deslavazado de recursos turísticos. Está bien promocionar Xàtiva en eventos destacados como la Fira de Tots Sants de Cocentaina, pero allí hay que ir con los deberes hechos, articulando antes una oferta suficiente, amplia y especial para que el visitante que conoció el destino en esa promoción no se decepcione al visitarla en un largo puente festivo como el pasado en el que el conjunto histórico no ha estado operativo a pleno rendimiento, ni en perfecto estado de revista, como si lo han habilitado otras ciudades. Y el camino, en el ámbito autonómico, pasa por comenzar a liderar ya, desde Xàtiva, y por supuesto en colaboración e integrando a Gandia y Valencia, en ese proyecto de la ruta de los Borja latente en ese Consell de Turisme.

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