El proyecto para completar las obras de construcción de la autovía CV-60 entre l'Olleria y Gandia, paralizadas desde hace una década, ha vuelto a quedarse fuera del presupuesto diseñado por el Consell para 2017. El tramo de 23 kilómetros que resta por concluir del trazado „que conecta la primera población con Terrateig„lleva desde 2007 pendiente de ejecución. Ese año, el gobierno autonómico inauguró una parte de la nueva autovía y aprobó el proyecto básico para continuar con los trabajos con un presupuesto de 49 millones de euros. Pero las dificultades de la empresa adjudicataria y la crisis financiera obligaron a aparcar la actuación.
Desde entonces, vecinos, empresarios, ayuntamientos e instituciones supramunicipales han reivindicado de manera insistente que se retomen las obras en este eje transversal de conexión entre el interior valenciano y la costa, de vital importancia para las comunicaciones y el desarrollo económico de las comarcas centrales.
El gobierno autonómico se comprometió a hacerse cargo de la intervención en un acuerdo suscrito en 2005 con el Ministerio de Fomento. Ahora, una plataforma constituida por colectivos y vecinos de l'Alcoià, El Comtat, la Vall d'Albaida, la Costera, la Safor, la Marina ha recogido más de 4.000 firmas y presiona a las instituciones para que terminen la carretera, que soporta un intenso tráfico: 17.471 vehículos diarios.
La iniciativa se ha dirigido a varios ayuntamientos para obtener apoyos y elevar el nivel de fuerza ante las administraciones superiores. La obra en la CV-60 fue, además, la primera reclamación del recientemente resucitado Consorcio de las Comarcas Centrales, un organismo que volvió a reactivarse en abril, pero cuya proyección desde entonces ha decaído de forma sustancial.
Este diario ha preguntado en dos ocasiones a la Conselleria de Infraestructuras si planea rescatar el proyecto en esta legislatura y no ha obtenido respuesta. En el ámbito de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, el Consell de Ximo Puig apenas contempla inversiones en carreteras en 2017, más allá de los 183.500 euros consignados para construir un nuevo acceso norte a Bellús desde la N-340 y mejorar la seguridad vial en este punto o los 158.000 euros para la nueva rotonda de Torrefiel, en Ontinyent. Otra demanda histórica del territorio que tampoco se ve plasmada en las cuentas autonómicas es la mejora de la línea férrea Xàtiva-Alcoi, un servicio tercermundista mermado por el déficit de inversiones que arrastra.
El bipartito PSPV-Compromís ha pasado de criticar al Consell del PP a atribuir la responsabilidad de actuar en el tramo ferroviario al Ejecutivo Central, dadas las estrecheces que sufre la Generalitat. Con la formación del nuevo gobierno de Mariano Rajoy después de casi un año de interinidad se retomarán las negociaciones, aunque hay pocas esperanzas de un compromiso firme o de que se incluya una partida en los presupuestos generales del Estado.
Sin noticias del desdoble de la CV-58
La mejora de la seguridad vial en la principal carretera de acceso a Xàtiva, la CV-58 es otra de las intervenciones que la crisis mandó al limbo. El Plan de Infraestructuras Estratégicas de la Comunitat Valenciana contemplaba el desdoblamiento de la carretera que pasa por la Llosa de Ranes como vía de alta capacidad. Fue a mediados de 1990 cuando se planteó por primera vez la necesidad de desdoblar este tramo de la antigua N-340 que enlaza la autovía A7 con la ronda norte de Xàtiva.
El Ministerio de Fomento traspasó la titularidad de la vía a la Generalitat, que en 2010 presupuestó 200.000 euros para la redacción del proyecto. Pero la obra nunca se llegó a adjudicar y, por el momento, no ha trascendido ninguna previsión de que se retome. En 2014, la Conselleria de Infraestructuras reafirmó la voluntad de ejecutar la actuación cuando la coyuntura económica lo permitiese.
